jueves, 9 de febrero de 2012

-El flaco.

Muchacha pequeños pies,
no corras más. Quédate hasta el alba.

Luis Alberto Spinetta.

-Me estaba duchando cuando me dijo Carmen que acababan de decirlo en la radio. Emití un No de sorpresa. Pregunté de qué había muerto. Qué preguntas inapropiadas hace uno en esas circunstancias. Me enjuagué triste.
-Esta última nochebuena, mi mujer y mi hijo me regalaron una guitarra eléctrica y un amplificador. Un regalo precioso e inesperado. No sé tocar la guitarra. Prometí aprender algo con algún método de esos que prometen que aprenderás algo sin saber nada de música. Pero por ahora...
-A mis quince o dieciséis años, en un partido en el Parque Patricios, un amigo y eventual rival, me rompió el dedo medio (dedo corazón, en España) de la mano izquierda. Cosas que le pueden pasar a un arquero. Seguí jugando. Más tarde, me enyesaron el dedo y la mano en el Hospital Español, a la vuelta de casa. Pasado un mes fui a que me quitaran el yeso. El médico, al descubrir mi dedo ya soldado, rió al comprobar que "Te quedó un poco torcido". Me sugirió risueño que podía volver a quebrármelo, volver a enyesarlo. Decliné la oferta. Desde entonces, cuando doblo el dedo corazón (medio, en España) se evidencian las consecuencias de aquella anécdota. 
-Es complicado aprender a tocar la guitarra a mi edad (49). Mucho más con mis dedos de arquero viejo.
-El chico que toca la guitarra eléctrica a los pies de las escaleras mecánicas de la estación de Plaza de España del metro de Madrid nunca toca una de Spinetta.
-Cuando todo duerma, te robaré un color.

13 comentarios:

  1. Yo me corté un tendón del otro, del que no se utiliza para el amor (aunque he querido decir sexo). Anular, creo. Era un niño y me caí con el biberón, desde entonces mi dedo de niño viejo no dobla lo suficiente. Hace tres años empecé a tocar la guitarra y hoy, aunque se me da fatal, junto 3 ó 4 notas. Pues eso, que ánimo. Se deberá vivir sin el flaco.

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  2. Cuando vi el dibujo me temí que tu mujer te la regaló con segundas para que aprendieras a utilizar el dedo...otra forma de aprovechar lo aprendido es aprender a tocar ya que estás puesto

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  3. ¿Eran lágrimas en la lluvia? que suerte, yo lloré en seco nomás.

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  4. No sé qué escribir, BLANCO. Vos entendés. Otro abrazo enorme.

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  5. Mientras releo -el flaco- intento escuchar sus canciones, "muchacha de ojos de papel" en directo, me produce escalofrios... hasta que tú, Blanco, me lo has traído con tu relato, reconozco que ignoraba todo de Spinetta, espero que me perdonéis.
    "Té para 3" y el auditorio canta con él ¡fantástico este tipo! Me alegro de haber venido, mientras suena, a aprender algo aquí “mi nombre sobre tu nombre” y me pone la piel en el polo norte… ¡joder qué grande Spinetta!.
    Es posible que el chico del metro no tenga entre su repertorio a Spinetta, como no lo tenía yo, me resulta raro que se encontrara entre las muchas cosas que ignoro, que no haya sido alguien mucho más popular en España, no sé cómo alguien nos ha dejado perdernos a este genio.
    A estas alturas, voy entendiendo mejor tus “guiones y otros signos de puntuación” que al principio, reconozco, que me despistaban. Hace ya tiempo que te tengo simpatía amigo y que pienso que lo de tu último comentario, es reciproco. Ahora sé, que siempre que me encuentre con una canción de Spinetta, me acordaré de ti, de tu malogrado dedo de arquero y que posiblemente, no será por el dedo, nunca aprenderás a tocar la guitarra que te regalaron tu mujer y tu hijo, pero esa guitarra a mi hoy, entre tus palabras, hoy, también me trajo un poco al flaco.
    ¡Un fuerte abrazo!

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  6. Yo me rompí el meñique del pie.
    El médico no le dio importancia y simplemente lo inmovilizó atándolo al de al lado con un esparadrapo. Yo le insistí en que quería que quedara perfecto. Me dijo que era un apéndice bastante inútil y que no valía la pena preocuparse demasiado por él. ¡Menudo cabrón! ¡Cómo se nota que no era suyo el dedo! Aunque he de reconocer que antes y después de ese pequeño accidente lo he usado más bien poco, ni para el erotismo, oigan.

    Ya sabes que soy de los que afina cada día, por si acaso, la guitarra. Estoy pensando en ir a tocar al metro, aunque ahora ya no puedes ir y ponerte a tocar sin más. Por lo menos en Barcelona te hacen una prueba de aptitud, y te dan un carnet, y cada quince días sortean las estaciones más solicitadas. No sé qué cartel poner junto a la funda abierta de la guitarra: "Escritor" o "Arquitecto". ¿Qué piensas que da más lástima hoy en día? Se me ocurre que voy a hacer una entrada sobre esto.

    Gracias por todo al Flaco y descanse en paz, ahora que puede.

    Seguro que hay un gran guitarrista en ti.

    Un abrazo.

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  7. El flaco para mí siempre será César Luis.
    Mi dedo medio -corazón en España- de la mano derecha me lo destrozó un balón de basket...pero encesté.
    Un abrazo.

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  8. Tan blanco como siempre, Blanco. Mis dedos todavía siguen indemnes.
    Saludos

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  9. Yo nunca me rompí un dedo, pero sí una guitarra eléctrica, negra y reluciente, ante mis nulos avances en su dominio. Aún la conservo, pero prefiero romperme un dedo a intentar a aprender a tocarla.

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  10. Cuando pasa algo con esta gente que nos acompañó tanto...no sé, uno se queda muy estrujado, con la sensación de que nos roban algo muy íntimo, personal, secreto.

    Es como una especie de ultraje que aunque inevitable sigue siendo un ultraje.

    Yo crecí escuchando música argentina. De Sui Generis en adelante, lo que quieras.

    Tiene mérito porque los LP no llegaban a Caracas. Hacerte con lo último (o lo primero) de Spinetta era remontar una cumbre. Escucharlos te hacía parte de una cofradía.

    Solíamos abastecernos en una tienda de música que, mira tú, se llamaba Discos Sur. No vendían estos discos. Uno iba, compraba un tdk virgen de 60 o 9o, escogías lo que querías y ellos lo grababan.

    Cada cassette era un tesoro.

    (Así con grupos de rock de América Latina..ellos, los de la tienda, tenían de todo).

    Me recuerdo cuidando cada cassette como un tesoro.

    Y me recuerdo trágica y desconsolada la tarde en que me reventaron el vidrio del coche y se llevaron el equipo de música y los cassettes que tenía en la guantera.

    Qué pena...

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  11. Bueno, qué comentarios. Qué comentaristas. Estoy muy agradecido. Lleva tiempo, talento y sensibilidad -más algunos dedos rotos- escribir estas cosas, y qué bien que las colguéis aquí. De verdad, muchas gracias.

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  12. Django Reinhardt tocaba la guitarra con el dedo corazón (en Argentina medio) e índice, muchos creen que su estilo es único por esta razón. ¿Quién sabe qué podrías hacer tú con tu dedo torcido y una guitarra? Seguro que por lo menos darnos a conocer a Spinetta, hasta que te decidas nos conformaremos con youtube. ¡Qué grande Spinetta!

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    1. Gracias por darme esperanzas, Ana. Ya te invitaré a mi primer concierto. Beso grande.

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