-Los voyeur como yo debemos ser muy discretos. Es una condición sine qua non.
-¿Por qué dices eso?
-No evidenciar ni el ritmo de nuestra respiración.
-Relájate.
-La tensión es mejor, es necesaria. Nunca me relajo cuando te espío.
-No me estás espiando.
-Eso quiero que creas.
-Te tengo frente a mí, en esta habitación, si estiro el brazo...
-¿Cómo una presencia, verdad?
-...
-Como si alguien estuviera aquí, contigo, y te produjera una incomodidad, un estremecimiento que te hace dudar: ¿permanezco desnuda o...
-Oye...
-...escondo mis encantos, boca abajo para que no...
-Me estás hablando, te veo, sé donde estás, quién eres, puedo describirte, te conozco, en muchos sentidos, y sé que me escuchas, aún hablando así, a media voz.
-Soy más que discreto. Mejor que discreto.
-¿Por qué no vienes a la cama?
-Debo mantener la distancia. Tú duerme o no duermas. Haz lo que puedas con el presentimiento que te inquieta. Yo, desde aquí, te miraré, sólo te miraré, no temas, aunque de madrugada, ese ligero resquemor que sientes...
-Hasta mañana, entonces.
-Puedo leerte los labios. Y eso es lo que haré, aunque duermas toda la noche. No puedes hacer nada por evitarlo. Ni tampoco yo.
-Esteban, por favor.
-¿Por qué dices eso?
-No evidenciar ni el ritmo de nuestra respiración.
-Relájate.
-La tensión es mejor, es necesaria. Nunca me relajo cuando te espío.
-No me estás espiando.
-Eso quiero que creas.
-Te tengo frente a mí, en esta habitación, si estiro el brazo...
-¿Cómo una presencia, verdad?
-...
-Como si alguien estuviera aquí, contigo, y te produjera una incomodidad, un estremecimiento que te hace dudar: ¿permanezco desnuda o...
-Oye...
-...escondo mis encantos, boca abajo para que no...
-Me estás hablando, te veo, sé donde estás, quién eres, puedo describirte, te conozco, en muchos sentidos, y sé que me escuchas, aún hablando así, a media voz.
-Soy más que discreto. Mejor que discreto.
-¿Por qué no vienes a la cama?
-Debo mantener la distancia. Tú duerme o no duermas. Haz lo que puedas con el presentimiento que te inquieta. Yo, desde aquí, te miraré, sólo te miraré, no temas, aunque de madrugada, ese ligero resquemor que sientes...
-Hasta mañana, entonces.
-Puedo leerte los labios. Y eso es lo que haré, aunque duermas toda la noche. No puedes hacer nada por evitarlo. Ni tampoco yo.
-Esteban, por favor.
Me gusta. Los dibujos están muy bien. Los diálogos tampoco. Un blog dialéctico... Hum. Habló Cristóbal...
ResponderEliminarEste me encanta sobremanera.
ResponderEliminarEspecialmente ese final, "Esteban, por favor". Casi me caigo de la silla en riéndome.
Y siento corregir al Gran (en todos los sentidos) Lowon, sería "blog dialógico".
Lamento la tardanza en agradecerte el comentario, pero es que acabo de verlo ahora. Gracias. También por corregir al Gran Cristo.
ResponderEliminar