-Me miró como si escrutara la inmensidad del universo. Me susurró como si recitara la profundidad de la historia. Me tocó como si acariciara los fondos abisales con mano marina. Me amó como si amara todas las madrugadas de los amantes.
-...
-Paso de volver a llamarla.
-No te preguntaré por qué.
-Porque no soporto no salir ileso.
-Ya.
Mejor herido y vivo que indemne y catatónico.
ResponderEliminar(Digo yo...)
Después de todo, las lesiones sanan y sus cicatrices se hacen lectura.
En estas historias estar salvo es como estar en la nada.
No se puede salir ileso de algo que merezca la pena, pero es cierto que hay que saber medir hasta donde puede llegar la herida.
ResponderEliminarbss
Me ha gustado...dices que no querías salir maltrecho pero creo que te llegó.Estás más sensiblón Jajaja.Un abrazo
ResponderEliminar...o tal vez tuviste un ataque de honradez.
ResponderEliminarsaludos
Yo, de ti la llamaría. Ya.
ResponderEliminarBesicos
Cobarde...
ResponderEliminarLos hombres se han vuelto perezosos y miedosos para no salir ilesos. Y eso es imposible. saludos. me gustó mucho
ResponderEliminarSi la dejaste como dibujas no te preocupes que ya llamará ella.
ResponderEliminar¡Coño Blanco! o también se podría decir ¿Quién coño se resiste a esto? yo no podría dejar de llamarla, soy un tipo débil.
ResponderEliminarAbrazos
Ya...no estaría muy buena.
ResponderEliminarMuchas gracias a todos.
ResponderEliminarLas señoras me habéis hecho pensar.
Los señores me habéis hecho reír.
Esto habla bien de ambos, ¿eh?
Perdona que no atine a un comentario más inteligente, pero AY.
ResponderEliminar(Te leo fuerte).
Para ileso mejor muerto
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