-¿Por qué ahora?
-Surgió. No sé.
-Por favor.
-No tiene importancia.
-Tú no crees que no tenga importancia. Si has esperado cinco años y... tres meses para decírmelo, es que la tiene.
-No hay ninguna intención detrás.
-Por favor.
-Piénsalo. Sinceramente, no es importante. No cambia nada.
-...
-No me seas niño.
-Y tú no me seas tramposa. No crees que mi actitud sea infantil. Crees que diciéndome que soy infantil me atacas por un flanco que me duele. Que me deja sin aire. Esa forma tuya de callarme la boca.
-No sigas.
-Deberías sincerarte.
-No te he mentido.
-Deberías decirme por qué ahora. Por qué has tardado cinco años y tres meses en contarme que te habías acostado con un ciego.
-¿No te sientes ridículo al escucharte decir esa frase?
-No.
-Deberías. Repítela.
-Pero contesta.
-Fue hace ocho años.
-Pero contesta.
-No tengo ninguna razón. No hay plan, amor.
-No te lo crees ni tú.
-Un ciego.
-No fue nada. Ha sido una vez. O dos. No tiene importancia.
-¿No fue nada? Ha habido una guerra mundial. O dos. No tiene importancia.
-Venga, por favor. Subamos a verlo.
-Me voy a la cama.
-Pero... ¿Cuánto tardaste tú en contarme lo de las hermanas?
-¿Eh?
-Lo de la noche de fin de año con las hermanitas.
-Es incomparable. Y te lo dije dentro del primer añ
-Ah, que las confesiones de historias pasadas valen si se hacen dentro de los primeros trescientos sesen
-Déjalo.
-Venga, amor.
-...
-Querías verlo.
-Hasta mañana.
-Por favor, olvídalo, no ha dejado ningún rastro.
-...
-Amor, anda. Subamos a ver el eclipse.
-Ya no quiero verlo.
qué bueno!
ResponderEliminarHay eclipses y eclipses. Estupendo. Y cuando terminé me oí decir "el ciego y las dos hermanitas". Y no se me van de la cabeza, los tres, mira tú. Es que eres de lo que no hay. Un saludo
ResponderEliminarPrecioso.
ResponderEliminarTambien el dibujo en BLANCO y negro.
Envidia de no saber leer Braille
ResponderEliminarSeñor, señor, qué diálogo de ciegos para los que estamos sordos.
ResponderEliminarSabes que me gusta, Blanco. Hasta los puntos suspensivos y las palabras entrecortadas.
Hay que ver..
ResponderEliminarMuy chulo como siempre...y qué decir del dibujo? Lo dicho, siempre plasma genial la idea del texto!!
ResponderEliminarEscribes christmas por navidad?
Qué gente tan civilizada y elegante, que sabe escoger los momentos astrales propicios para hacerse confidencias.
ResponderEliminarCiego, ummm, qué interesante...
Salu2
Cuando los cuerpos se interponen pasan esas cosas, que uno se ciega...
ResponderEliminarGracias, JL. Un abrazo grande y gracias por estar por ahí.
ResponderEliminarPues embarcate en la escritura del guión de El ciego y las dos hermanitas, Daniel. ¿Qué tal una comedia musical?: Un ciego para dos hermanas. ¿Y si preparas el regreso de Esteso y te marcas una tipo: Dos hermanitas de muy buen ver y un ciego que no ve la hora. En fin. No te voy a sugerir una porno: El invidente y las hemanitas calientes, porque no. Un saludo.
María Jesús. Me alegra que, además, te haya gustado mi humilde dibujito. Gracias por pasarte.
¡Quietos los dedos, Baldanders! Un abarzo y dale besos de mi parte a las hermanitas Pasta y Frola.
Isabel. La verdad es que me cuesta mucho meter puntos suspensivos. Pero en estos casos, sobre todo para "escribir" un silencio, me parecen útiles. Me alegra que los disfrutes.
...para no creer, Lanita.
Miette. Escribo christmas, pero no por navidad. (típico comentario psudo inteligente que ni hace gracia ni es profundo ni ná) Un saludo.
Gracias por tu commmentario, Ovetdao.
Así es Ossip. No hay peor ciego que el que no tiene un cuerpo que le ciegue. Muchas gracias por leerme y comentar. Un abrazo.