-Para arrepentirme debería recordar. Sé lo que hice antes y lo que hice después.
-Ya te hemos dicho el durante.
-No recuerdo haberlo hecho.
-Para eso hemos vuelto a tu casa. ¿Recuerdas haberla arrastrado hasta aquí?
-Puede que haya ocurrido otra cosa. Un accidente que me exculpe. Que me exculpe un poco. No recuerdo haberla extrangulado.
-No te he preguntado eso.
-Sí, recuerdo que la arrastré hasta aquí.
-Hasta dónde exactamente.
-Hasta aquí, hasta el baño.
-¿Dónde la dejaste?
-Aquí dentro.
-Exactamente.
-Tumbada aquí, a lo largo de la bañera. Aquí.
-¿Con la cabeza hacia este lado?
-No. La cabeza aquí, las piernas hacia allí.
-¿Cómo estaba ella?
-No lo sé. Desvanecida, supongo.
-Me refiero a si estaba vestida o
-Desnuda, desnuda. Ya le dije que acabábamos de hacerlo.
-Pero no me dijiste si estaba desnuda o vestida.
-Desnuda. Completamente.
-¿Y tú?
-También.
-¿También qué?
-También estaba desnudo.
-¿Dónde estabas?
-Aquí.
-¿De pie?
-De pie. Después me agaché. Intenté rea
-¿Qué le cortaste primero?
-¿Qué?
-¿Qué le cortaste primero?
-No lo sé.
-Te agachaste para algo, ¿no?
-Sí. Tal vez para
-Habrás comenzado por alguna parte.
-La mano, supongo.
-No supongas.
-Quiero colaborar, pero para arrepentirme debería
-Me da igual que te arrepientas.
-A mí no.
-A tu novia sí.
-No éramos novios, exactamente.
-Limítate a contestar lo que te pregunto.
-No lo recuerdo todo.
-Limítate a recordar lo que te pregunto.
-Le cogí la mano... la apoyé aquí, en el borde de la bañera y con el cuchillo grande le
-¿Cuál de estos dos?
-El grande?
-¿Cuál es el grande?
-Este, el de la hoja ancha.
-...
-Luego
-¿Luego de qué?
-Luego de cortarle la mano. ¿Podemos parar un momento?
-¿Para qué?
-Me cuesta mucho esto. Me cuesta mucho recordar.
-¿Recordar qué?
-Por favor...
-Paramos tres minutos.
-...
-Exactamente.
-¿Puedo fumar?
-¿Fumabas mientras la cortabas?
-¿Eh?
-Que si fumabas mien
-No. Nunca fumaba en casa.
-No puedes fumar.
Hola Blanco. Hace tiempo que no pasaba por aquí. Me gustan tus diálogos. Pasaré más a menudo. Saludos Dillingerianos.
ResponderEliminarBlanco, me gustaría aparecer por aquí de vez en cuando. Tus diálogos me gustan, los encuentro originales, distintos. El que titulaste "Lenta" me hizo releer el poema de Thomas Hardy, "Ser olvidado", sobre la segunda muerte. Un abrazo, y si te parece bien, hasta luego.
ResponderEliminar¡Ey, Dillinger! Gracias.
ResponderEliminarCuando quieras, Thornton. Y puedes venir con Thomas. Y con quien quieras. Gracias.