-¿Y si dentro de no sé cuántos años resulta que se muere sin haber escrito un poema? No ya uno bueno, o digno. Un miserable poema, quiero decir. Eso que decía Picasso, que los niños son artistas, el problema es que lo sigan siendo cuando dejan de ser niños. ¿Y si ese... potencial
-Qué palabra horrible.
-que ahora se percibe en sus dibujos, después no cuaja, no se solidifica, no se transforma en lo que uno anhela, tal vez neciamente? Ponle que su vida se le va sin haber manipulado jamás una melancólica marioneta. O un triste títere. ¿Si él acaba encarnando lo que yo aborrezco?
-¿Temes que se parezca a ti?
-Me da igual que nadie reconozca en él rastros genéticos de mí. Lo que me mutilaría es no reconocer en él, en el futuro, rastros del que es ahora.
-Ahora se parece bastante a ti.
-Es lógico que ahora se parezca a mí. Es mi hijo. Y también puede esperarse que mañana se parezca a mí. Soy su padre. Pero quiero decir después, pasado mañana, cuando la vida con su devastadora labor haya hecho añicos la mía, y la suya. Cuando sólo para los muy allegados claramente él sea mi hijo y yo su padre. Cuando a los demás, al mundo, haya que explicarle nuestro grado de parentesco porque nada a primera vista evidencie cuál es. ¿Y si acaba por ser un contable que olvidó pintar gatos? ¿Y si el único poema que escriba no es más que una transcripción fidedigna de uno de Neruda? ¿Y si ambos perdemos las claves que me hacen decir tonterías que lo hacen reír y avergonzarse secretamente de reírse de las tonterías que digo para que ría?
Si lee lo que acabas de escribir, hará el dibujo de una sonrisa tierna y escribirá un poema, para que se vea en tu cara.
ResponderEliminarPrecioso.
aunque de niño-joven parezca improbable, la vida, con su devastadora labor, suele llevarte a un momento en el que, a pesar de los esfuerzos realizados, descubres que eres igual que tu padre.
ResponderEliminarPadres e hijos. La filiación. La transmisión. Qué trasmitimos y qué impide que esa transmisión cuaje. Y qué hacemos con nuestra infancia. Es leer esta entrada y despeñarse uno por una cascada de preguntas. Menos mal que nos deslizamos por el lomo de un gato dibujado por un niño. Aún.
ResponderEliminarUn abrazo.
También mi madre es de una aldea gallega, Blanco. Somos como una plaga, carallo. Saludos.
ResponderEliminarY si acaba por ser un contable que olvidó pintar gatos? ¿Y si el único poema que escriba no es más que una transcripción fidedigna de uno de Neruda?
ResponderEliminarjajajajajaja
Horror!
Tus preguntas se parecen a las que le hago a mi psicoanlista...si lee esto seguramente reirá a mandibula batiente y te pintará un gato flaco y precioso. Lo llamará el Gato Giacometti.
Beso.
No tengo palabras más que para remitirte a la fuente, esto es, Cantinflas, El Padrecito (http://www.youtube.com/watch?v=-SfEGdquzfQ), y para la perfecta comprensión de los poemas y los gatos en el átomo de paternidad que tenemos todos los potencialmente padres y los presencialmente lo mismo, esta otra referencia didáctica hasta decir órale, mi contable: http://www.youtube.com/watch?v=FedCC2mWe_o.
ResponderEliminarBueno, amigo, uno contribuye, pero al final ellos, los hijos, siguen su propio camino y hacen lo que les da la real gana...para que preocuparse...que sea escritor, contable, pintor, banquero, o que se dedique a la vida contemplativa, es su camino.
ResponderEliminarComo todo padre, queriendo que su hijo no se le estropeé en los oficios que no tiene en consideración. Como todo padre, comprobará que el chico enfilará por lo que más le tire. Como todo padre, comprobará que -coincida o no con su hijo- el amor recíproco entre ambos es indestructible.
ResponderEliminarMe gustó, Blanco. Me gustó mucho. Y los dibujos también.
Por fortuna, otra vez estás de vuelta.
No sé dónde llegará tu hijo, si será capaz de escribir un poema, de leer un poema, de dibujar gatos. No te importe. Preocúpate de no perder esas claves que os hacen decir tonterías y reiros. Que no tenga nunca hambre de padre. Un saludo.
ResponderEliminarCorremos tan lejos, tan rápido de nuestros padres que cuando nos queremos dar cuenta les hemos alcanzado por la otra parte.
ResponderEliminarEs lo que tiene este mundo esférico.
A veces tenemos tan claro que podemos disponer de sus vidas.
ResponderEliminarY caemos en el error de creer que lo nosotros consideramos bueno, también ellos lo consideran.
Y nos cuesta aceptar que son personas independientes y quiza sería mucho mejor parecernos nosotros a ellos que ellos a nosotros.
BLANCO, me ha llegado al alma la preocupación por si llega a ser contable.¿¿Qué tiene de malo ser contable?? Vale, no es un trabajo simpático, pero...también tiene su lado bueno.
Gracias, María Jesús. A ver con qué me sale el enano cuando ya no sea un enano.
ResponderEliminarJL. Bueno, en muchos aspectos no me importaría parecerme a él. Sobre todo si no puedo hacer nada al respecto.
Menos mal, Daniel, que podemos estirar un poco más nuestro viaje por el lomo del gato.
O una plaja, que dirían algunos de ellos, Ossip. ¿De dónde exactamente es tu madre? ¿Y vos?
Gracias por seguir comentando por acá, Lena. Y saludos al estilizadísimo gato Giacometti.
Freud, Cantiflas y Cristo Ruiz, guias pa'tó.
Sí, Mosisés, hacen lo que quieren y lo que no quieren, como todos. Gracias por comentar.
Gracias, Isabel, por celebrar mi regreso. Por fortuna, tú también sigues escribiendo por allí y comentando por aquí.
Guardo las claves bajo siete llaves, Thornton. Espero que mi hijo no juegue a cambiarme las cerraduras. (tal vez él tenga el mismo cuidado con sus llaves y el mismo miedo con mis cerraduras).
Quejémonos a Colón, entonces, Lanita.
Madison. ¿No serás contable? Da igual. Es una especie de profesión-símbolo. Por supuesto que tiene sus ventajas: siempre es mejor que la declaración de la renta te la haga alguien cercano. Bueno, no sé.
"Mis hijos serán trompetistas o no serán nada" Juan Gelman.
- ¿Cómo está tu hijo?
ResponderEliminar-Está bien.
-Cada día se parece más a ti.
-Es más listo que yo. Tiene tres años y ya lee los tebeos.
-Ya lee los tebeos.
Quiero que controlen las llamadas recibidas y enviadas.
-Ya lo he hecho. Ya me he ocupado
-Perdón, me olvidaba
-¿Qué te pasa?¿Qué te preocupa? Yo me encargo. Te dije que lo haría y lo estoy haciendo.
-Sabía que Santino iba a pasar por todo esto. Y Fredo...
Fredo era, en fin... Pero nunca pensé que fueras tu.
He trabajado toda mi vida por el bienestar de mi familia.
Y me he negado a ser un muñeco, movido por los hilos de todos esos peces gordos. No me arrepiento. Es mi vida, pero pensaba que cuando llegara tu momento, podrías mover esos hilos.
Senador Corleone. Gobernador Corleone. Algo.
-Otro "pezzo da novanta"
-Bueno, no hubo tiempo, Michael. No hubo tiempo
- Lo lograremos, papá. Lo lograremos.
Nuestros hijos serán definitivamente, una proyección compartida y mas tarde, el origen de esa misma proyección.
ResponderEliminarEs el fluir de la vida bajo un principio de incertidumbre.
Blanco, pásate por el club, si te da la gana. Quisiera saber qué recomiendas. Cine, cine, cine... Un saludo.
ResponderEliminarOh, caro Baldanders. El Padrino -esa maravilla- sirve para explicar, entender, cuestionarse, casi cualquier cosa. Grazie.
ResponderEliminarGracias por fluir por acá, Camino.
Ya me he pasado, Thornton. Un placer.