miércoles, 23 de febrero de 2011

-Séalo.

-No sabe usted con quién está hablando.
-Lo sé perfectamente Esmit.
-Señor Esmit, si no le importa.
-Me importa, sí. Creo que podríamos ser amigos, si usted no fuera quién es, y, sobre todo, cómo es.
-Mire, Guolquer, permítame ser sincero.
-Séalo.
-Lo seoleré.
-No se exceda en el absurdo, Esmit, recuerde que esta conversación está siendo grabada, y, a pesar de nuestras diferencias, no quisiera que quedara usted como un absurdo excedido en el absurdo.
-No tema por mi reputa reputación, Guolquer.
-Somos pura puta reputación, no lo olvide, Esmit.
-No recuerdo la última vez que olvidé recordar dónde dejé olvidada mi puta pura reputación. No tema.
-Me temo que el tema no es el temor.
-Me temo que temo no ser temido.
-Vamos llegando al meollo del asunto, Guolquer.
-Puede llamarme Yoni, Smit, así me llaman mis amigos, y, llegados a este punto, creo que puede usted considerarse mi amigo.
-Eso debería decirlo yo, Yoni, y yo ni sé si yo soy mi amigo, amigo mío.
-Creo que de un momento a otro ocurrirá lo inevitable.
-Bésame entonces, tonto.
-Llámame Yoni, Guolquer, que tonto sólo me lo llamaba mi madre cuando mi padre no estaba en casa, cuando estaba, era él quien me llamaba tonto. Cuando estábamos los tres en casa... recordar me hace tanto daño.
-Te besaré sólo si tú me llamas Piter, Yoni.
-Piter.
-Yoni.
-...
-Necesitaba este beso.
-Sí, siempre es conveniente ser besado antes de que el diálogo nos explote en la boca.
-...
-He tenido una erección.
-No es evidente.
-Es que no la he tenido ahora, sino en diciembre del '85, Yoni.
-Yoni eres tú, yo soy Piter.
-No sé si creerte.
-El amor se basa en la confianza, Piter.
-Y dale con Piter.
-¿Qué estabas haciendo cuando lo del 23-F?
-Me alegra que me hagas esa pregunta, Piter.
-...
-...
-Cada vez me besas mejor, Yoni.

domingo, 20 de febrero de 2011

-Hay que ver.

-¿Así era el camino de piedritas? ¿Así se traducía a la vista el cris, cris de las pisadas? ¿Así era la forma de la discreción de la casa paterna? ¿Así era de serenamente imponente la puerta de entrada? ¿Así de madera eran las sombras que se proyectaban sobre el suelo antiguo al entrar? ¿Así era la pecera? ¿Así de colorines y vivaces eran los pequeños peces que intuía tal vez rojos? ¿Así de equívocos eran los caminos a seguir una vez puestos en la disyuntiva de ir hacia una de las habitaciones? ¿Así de mal elegía siempre? ¿Así de decidido me encamino ahora a buscarte? ¿Así era el cuerpo de Carmen? ¿Así la cara de Miguel? ¿Así era el tiempo pasado por las fotografías del recuerdo? ¿Así de negras eran mis gafas negras? ¿Así eran las cosas después de tantas preguntas a ciegas? ¿Así son?
-Hay que ver.

viernes, 11 de febrero de 2011

-Estás completamente loco.

-Tal vez ocurre que hemos dejado de vernos. De tanto convivir. Nos confundimos con nuestra vida. Nos nublamos. Nos nubarramos. Nos neblinamos. Hubo un día -pero no sabemos cual, yo arriesgo que aquélla tarde de hace dos años, cuando volvimos de la comida con Juan- en que comenzamos a eructar soterradamente la niebla que fuimos incorporando durante años. Diez o doce. Algunos de los cuales -estadísticamante, sumando horas de tardes, noches, etc.- fuimos felices y no sólo relativamente felices. Recuerdo la primera mañana en que fui consciente de la niebla. La niebla ya fuera de nosotros. Ocultándonos. Te entreví saliendo del baño. En realidad, estabas entrando.
-¿A qué viene todo esto?
-¿Ves lo que te digo? No estoy ahí, no estoy frente a ti. Estoy detrás.
-¿Qué dices?
-Que vivimos rodeados de espejos, por eso no sabes dónde estoy. Yo tampoco estoy seguro de por dónde andas ahora mismo. Aparentemente estás en todas partes. Estoy rodeado de vos y por eso no consigo verte entre esta turbidez.
-Estás completamente loco.
-Ojalá lo estuviera completamente. Pero no es mi culpa. Ni es tu culpa. Es culpa de la niebla.
-Duerme, anda.


viernes, 4 de febrero de 2011

-A algunos padres les cuesta hablar.

-Cuando yo tenía once años mi padre me ahorcó en un aeropuerto. Yo viajaba con mi madre. Él se quedaba. Mi vuelta estaba prevista para un mes más tarde. Pero él no pudo evitar ahorcarme entre lágrimas en el aeropuerto. Él sabía que era imposible evitar que me fuera. Pero también sabía que era imposible dejar de llorar y de abrazarme a la altura del cuello.
-A algunos padres les cuesta hablar.
-Mi padre habló esa tarde haciéndole una llave de amor a mi tráquea. Cada uno hace lo que puede con el idioma de que dispone. Yo abrazo a mi hijo casi a diario, para no verme abocado a ahorcarlo de amor una tarde en un aeropuerto.
-...
-Hay abrazos de donde no se vuelve. Si me permites la grandilocuencia.

martes, 1 de febrero de 2011

-Hacer un túnel.

-Hacer pan.
-Hacer el amor.
-Hacer el bien.
-Hacer el mal.
-Hacer lo posible.
-Hacer memoria.
-Hacer el tonto.
-Hacer un gol.
-Hacer tiempo.
-Hacer un lugar.
-Hacer más.
-Hacer pis.
-Hacer  las maletas.
-Hacer diana.
-Hacer aguadillas.
-Hacer el boca a boca.
-Hacer un truco.
-Hacer llover.
-Hacer llorar.
-Hacer reír.
-Hacer fuerza.
-Hacer sombra.
-Hacer un trato.
-Hacer algo.
-Hacer pesas.
-Hacer el vago.
-Hacer las paces.
-Hacer de tripas corazón.
-Hacer un dibujo.
-Hacer un gurruño.
-Hacer un mundo.
-Hacer huelga.
-Hacer reformas.
-Hacer burla.
-Hacer gracia.
-Hacer mutis por el foro.
-Hacer como que no.
-Hacer un túnel.
-Hacer sobremesa.
-Hacer la digestión.
-Hacer el trabajo sucio.
-Hacer de poli bueno.
-Hacer de tu capa un sayo.
-Hacer un nudo.
-Hacer saltar la banca.
-Hacer la "o" con un canuto.
-Acércate.

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