jueves, 2 de julio de 2009

-Tres mil ahora y tres mil después del trabajo.

-¿La tienes?
-¿Y tú el dinero?
-Claro.
-Es de mi abuelo. Una garantía. La cuida más que a la abuela.
-Pero el no sabrá que
-No, claro. Deberías confiar más en mí.
-¿Te parece que confío poco? Eres el único que lo sabe. Eres mi brazo ejecutor.
-Por eso. Deberías confiar en mí, y en mi abuelo.
-Tres mil ahora y tres mil después del trabajo. Ten.
-De acuerdo. Gracias.
-Pero no quiero que lo dejes inválido, ni en coma. Si respira, aunque sea lo único que pueda hacer, me devuelves esos tres mil.
-Tienes un problema, tío. Un problema de confianza. Una amistad no se puede cimentar en
-Oye, que tú mucha amistad pero me estás cobrando. Y una pasta.
-Lo primero que debe saber un amigo es separar los negocios de la amistad.
-Déjalo. Hazlo. Hazlo bien.
-El arma de mi abuelo no me permitirá fallar.
-¿Qué pistola es?
-Una Luger.
-Pero...
-La tiene cuidadísima. La mima más que a mi abue
-Esa la usaban los alemanes en la segunda guerra mundial.
-Y en la primera. La de mi abuelo es de la primera.
-Joder.
-Tranquilo, pongo las manos en el fuego por mi abuelo.
-Tú no me conoces, ¿vale? Si no lo consigues, si te pillan, si
-Yo a ti no te conozco de nada. ¿Somos amigos o no somos amigos?
-Joder.
-La confianza es la base de la amistad, tío.

2 comentarios:

  1. la novela negra parece dominar el blog por goleada

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  2. ¡Dios, mis sicarios tendrán que hacer algo al respecto!

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