jueves, 17 de diciembre de 2009

¿Allí dónde?

-Es la última vez que se lo pregunto.
-No le creo. Lo dice sin convicción. Las cualidades que le han hecho creer que tiene le harán insistir y volver a preguntármelo, una y otra vez.
-No me gusta la actitud que tiene.
-También pensarán eso de mí quienes he dejado allí.
-¿Allí dónde?
-Créame que comprendo que no me crea, pero no sé dónde. He venido a un sitio que desconozco desde uno que he olvidado. Misión cumplida.
-Negándose a identificarse sólo hará que demoremos algo más en averiguar su identidad. Nada más.
-Averiguar mi identidad es un empeño vano por su parte. Es también un vano empeño por la mía.
-Vamos, usted no puede ser de muy lejos. Hablamos el mismo idioma, aunque su acento...
-Idioma. Acento. A esto llamo yo tirar de la lengua, si me permite la gracia. Pero está bien. Creo que las palabras nos incomunican, pero los tonos, las intenciones, el aire entre los dientes y los vocablos pueden acercarnos. Un poco.
-En otro ámbito, con una cerveza de por medio, me interesaría por su absurda cháchara, pero compréndame, no estoy aquí para compren... Perdón, ya ha hecho usted un juego de palabras parecido a este hace un momento.
-No se conduela de sí mismo. Es un sargento que aprende rápido. No hay muchos que puedan vanagloriarse de lo mismo.
-Sabemos que ha huído. Que ha dejado atrás... cosas. Una familia. O un amor. O simplemente una memoria. 
-¿Sinceramente cree que uno puede alejarse de algo o de todo eso?
-Tomar distancia.
-Me cae usted muy bien, sargento. Me gustaría ayudarlo. Colaborar con su trabajo. Ponérselo fácil. Pero no sé qué hago aquí. Tampoco sé qué hacía allí.
-¿Allí dónde?
-Lea la transcripción de esta charla, sargento. Quince o veinte líneas más arriba. Se encontará con la misma frase que acaba de decir. No se sienta mal, o torpe, o ineficaz: ¿Quién no se repite unas veinte líneas más tarde?
-¿Se ha ido para no repetirse? ¿Ha huído de eso? ¿No quiere que le ayudemos a saber quién es? ¿A volver?
-Nos estamos conociendo. Además, por lo que se ve, y por lo que ya no alcanzo a ver, soy un hombre nuevo.
-Eso parece.
-Y usted también. Usted también es un hombre nuevo, sargento.
-No me deja otra salida.
-Calma, uno no deja de repetir los mecanismos incorporados a su oficio de un momento para otro.
-Tendrá que pasar la noche en comisaría.
-Uno no puede chasquear los dedos y decidir que ya no cumplirá con su deber.
-Tengo que tomarle las huellas digitales.
-Uno no se escapa así cómo así de una cárcel tan largamente construída.
-Primero el pulgar derecho.
-Lleva su tiempo.


27 comentarios:

  1. Este esta muy bueno aun recordando aquello de Auster del escritorio. Siga usted así.

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  2. ¿Qué es aquello de Auster del escritorio, Anónimo? Cuénteme, por favor.

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  3. Leo el diálogo y no se porque,pienso en la conciencia.

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  4. Quisque está en un viaje parecido a esta conversación. Podría ser el detenido o el sargento, ¿qué más da?. El cambio es el acicate de esta historia, buscarse a cada momento, en cada rincon.

    Grande Blanco y qué difíciles son los diálogos.
    Salud. Quisque

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  5. AVISO: intentando quitar del listado de seguidores uno con forma de, digamos, vagina desplegada, tras el que se ofertaba una página porno, he cometido la torpeza de cargarme a otros seguidores que quisiera seguir viendo allí.
    En fin, que si se ven, o no se ven, vuelvan a ponerse allí. O a no ponerse. Gracias.

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  6. Sabes que la vagina desplegada sigue ahí, verdad..?

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  7. BLANCO, he de confesar que me he quitado de seguidora porque la vagina desplegada quedaba justo a la "altura" de mi cebra y eso me ray/llaba más de la cuenta... Sé que suena surrealista y que he dejado de servirle como parapeto a Isabel... Pero, ¿qué le quieres?
    Mientras tanto, te sigo en la distancia.
    Un saludo.

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  8. Menudo diálogo. Por lo menos, me quedaba más la mitad. Me impresionan mucho los tipos que llegan a sitios que desconocen procedentes de otros que no recuerdan. Yo me pongo con todo eso de la "murcianía" para reintegrarme en la sociedad, porque, ¡vamos y vamos! Un día te contaré que de los 51 que sumo, 21 por esos mundos de Dios.

    Me repetiré, nos repetiremos todos. Somos seres repetitivos. Aprendemos repitiendo. Y te repetiré, Blanco, que no tengo ganas de escaparme de esta cárcel tan magníficamente construida, así que cuidado donde picas, que me veo defenestrada al olvido.

    Eres grande.

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  9. ¡He conseguido bloquear la vagina desplegada!

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  10. Jajajajajajaajaj!!
    Has ahuyentado a la pobre vagina... angelico!
    Zoe, muy bueno. Has dejado expuesta a Isabel al maligno influjo (...) de la Vagina Desplegada, pero ha merecido la pena leerlo.

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  11. Por fin, fuera la vagina que pretendía comerme. Ya ves, a mí que ya estoy correosa.
    Gracias por defenderme, Lanita. Y tú, Zoe, más precavida que yo. Así me va, hecha unos zorros por estas redes del demonio y mañana me tendré que venir a este despacho de noche, pero no me apetece currar esta tarde, así que cierro la nueva caja tonta y me voy al frío.
    Blanco, sonríe, que, como Bogart, tienes un corazón tierno.

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  12. Isabel, no me lo tengas en cuenta... Debí advertirte... Menos mal que BLANCO ha conseguido bloquear lo que bien dice Lanita...
    Un saludo ;D

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  13. Yo también tengo la vagina esa y no se cómo quitarla.
    Qué has hecho para que desaparezca?

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  14. "Un hombre mayor está encerrado en una habitación. No recuerda quién es. Sobre el escritorio ve una pila de papeles cuya importancia no es capaz de descifrar. Ignora que le vigilan: lo que leemos es el informe de los movimientos de este amnésico al que llaman Mr. Blank y de las visitas que irá recibiendo. Una serie de personajes relacionados con su pasado pretenden ajustar cuentas con él. Otros le muestran su gratitud, como la mujer que le cuida, Anna (a quien está unido pese a haberle hecho algo terrible que no logra recordar). Cada visita proporcionará nuevas pistas sobre la identidad y el pasado de Mr. Blank. ¿Quién es realmente Mr. Blank? ¿Cuál es su relación con esos personajes que lo tienen encerrado? ¿De qué lo acusan? Uno de los manuscritos que hay entre los papeles del escritorio encierra la clave de su situación actual".
    Es mas divertido comentar lo de la vagina desplegada, pero..

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  15. Gracias, Anónimo. Viajes por el Scriptorium no es una de mis novelas favoritas de Auster. Tal vez por eso no caía en la cuenta.
    Auster haría maravillas con la vagina desplegada. O tal vez Siri Hustvedt. Gracias otra vez.

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  16. Chicos, habeis reinventado los diálogos con la vagina..Y enlazando temas hoy he leído dos mini cuentos de Vila-Matas: Ella era Hemingway y No soy Auster..merece la pena..sobre todo porque me quedo con Vila-Matas

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  17. Lo de las vaginas en la tribu de las watusi no pasa.

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  18. Lleva su tiempo cambiar, el suyo propio, su ritmo.

    Como este buenísimo diálogo que tiene un ritmo excelente.

    La vagina, la puerta de la conciencia, el entrar y salir repetidamente desde el origen, y no cambiar cambiando. Muy rítmico todo.

    Eres bueno, muy bueno.

    Salu2

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  19. Qué maravilla, me hubiera gustado leer cien hojas más.

    Y no, no soy Stiller

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  20. Miette, Lanita. Las vaginas dan mucho de sí. Y de no.

    Gracias, Ovetdao. Muy rítmico también tu comentario.

    ¿Cien hojas más? No te pases, Anónimo que no eres Stiller.

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  21. No te he dicho, hasta ahora, lo mucho que me gustan tus dibujos. Los pobres deben de estar celosos al lado de textos tan celebrados. Pero hoy pido a todos tus lectores que detengan su mirada en ellos, son geniales. Un saludo.

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  22. Tú tampoco te pases, Thornton. Me alegra que te gusten mis dibujitos, pero no hay para tanto. Cuando era chico quise ser un buen dibujante. Incluso trabajé una época haciendo ilustraciones y humor gráfico. Luego, parece, las palabras le ganaron a las imágenes, que diría el pedante. Gracias por los piropos, de todos modos.

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  23. Me gusta eso de que uno se acaba repitiendo siempre 20 líneas más abajo. Y me identifico con el personaje que quiere reinventarse. Me gustaría olvidarme a ratos de mí y ser otro. Sin pasar una noche en comisaría, claro.

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  24. Gran texto, pero con lo de los paralelismos de Paul Auster no estoy de acuerdo. Viajes por el scriptorium es de lo peor de PA; aunque ya lleva varias obras de capa caída. Aunque en la última -Invisible- ha recuperado el ton.
    Pincio

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  25. David. Sí, ser otro es muy útil. Yo lo soy a veces. Sobre todo cuando estoy a punto de cruzarme conmigo mismo por la calle.

    Gracias, Pincio. También yo creo que Viajes por el Scriptorium es de lo peorcito de Auster. Invisible no la he leído aún. Pero no eres el único que cree que merece mucho la pena. Un abrazo.

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