-Acortemos, querrás decir.
-Eso mismo creyó corregirme ella.
-Ah, quisiste decir y dijiste acostemos.
-Y, acto seguido, cámara fotográfica en mano quise decirle y le dije: inmoralicemos este momento.
-Y ella volvió a corregirte.
-Ahí supe que lo nuestro era imposible.
-Pero no se lo dijiste.
-Me quedé en silencio y me quedé. Hicimos fotos y el amor.
-Y después del cigarillo de despúes...
-Me corregí y pensé y le dije que donde antes yo había pensado imposible, en realidad había querido pensar posible.
-Ella no entendió nada.
-Creo que no. Porque se quedó haciendo fotos y el amor.
-No hay quien entienda a las palabras.
-Quisiste decir a las mujeres y dijiste a las palabras.
-Quise decir que no hay quien entienda.
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Y al final con tremendo problema de entendimiento ¿fue posible o imposible?, porque la verdad me perdí...
ResponderEliminarO tal vez sí entendí. Tienes razón: "no hay quien entienda"
Saludos.
O tal vez sí entendemos cuando no queremos entender...ufff esto de entendimiento es algo extraño a veces
ResponderEliminar"No hay quién entienda"
ResponderEliminarQué dificiles son los dialogos,o mejor que dificil es dialogar....
Hoy me he acordado de ti Blanco, sentada en una terraza con un solo y un libro,he puesto la oreja a la mesa de al lado, he intentado hacer un dialogo o un guión de lo que hablaban y no lo he conseguido....je,je,me ha salido un relatillo....
Besicos salados desde el Mar Menor.
Belmondo, hazte peinado, inteligible, adorable. No te me abarroques que no hace falta: ya está el casting. Cuando te asomas, es que te veo pestañear y me da la risa.
ResponderEliminarJjejeje Sí, yo también me quedo con el No hay quien entienda
ResponderEliminarEn algo sí q os entendéis...en hacer fotos y el amor.
ResponderEliminarBuen blog!
Besos.
Se empieza por no entender y acaba uno por desintegrarse... Cuidado que es literal.
ResponderEliminarBesos, BLANCO.
He venido a por mi dosis de guiones. Empezaba a notar un síntoma de abstinencia preocupante.
ResponderEliminarMe vuelvo a mi retiro ya más calmado. Nunca me defraudas.
Un abrazo.
Es de lo mejor que he leído en mucho tiempo.
ResponderEliminarEspero que mucha gente tenga ocasión de leerlo y deleitarse con lo bien que escribes. Quería decir lo bien que te funciona esa cabeza tuya que es pura literatura, pero ese goce sólo a ti te pertenece.
Hay que ser muy bueno para escribir algo así.
Lastima que estés tan lejos porque me gustaron mucho tus diálogos y tus dibujos, y nos venía bien un arquero ja!
ResponderEliminarUn saludo y me sumo a tus seguidores, muy buen blog!
“Acostemos nuestra distancia, le dije.”
ResponderEliminarSiempre pensando en lo mismo, sentencio ella.
Y ya, nada, ni seguimos hablando, ni hicimos fotos, ni otra cosa.
No hay quien entienda a las...
Un “hablazo” o un “palabrazo”, lo que prefieras, Blanco.
Condenados a no entendernos...
ResponderEliminarO a entendernos sin entender al otro, que eso ya es mucho.
ResponderEliminarEste relato/diálogo está íntimamente relacionado con un libro que acabo de terminar de leer hace poquito: "Los hombres son de Marte, las mujeres son de Venus". Habla, de entre muchas otras cosas, de que los hombres hablan marciano y las mujeres venusiano. Tu texto es un claro ejemplo del libro. Hacía tiempo que no leía algo tan original. Enhorabuena.
ResponderEliminarTe sigo.
Aterrizando después de nuestras inmerecidamente cortas vacaciones. Vuelvo a mi blog y a los vuestros.
ResponderEliminarGracias por pasar por aquí y por escribir por allá.
Eres un suicida incendiario del valor de la palabra...
ResponderEliminarVivo en esa situación y lamentablemente es como quitarme la piel a girones, vivir del valor de la palabra, de sus juegos y posibilidades y enfrentarte a una mente que siempre está apagada.
El no entiende nada, ni me comprende mi plural forma de pensar
una lengua suave lenta sin equizofrenias que medita suavemente asi son tus palabras quien no entienda fue un juego de palabras en la tramposa huida del amor .
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