-Tú creías que ella te las creía.
-Sí. Luego, cuando despertó, supe que era ella quien me había hecho creer que llevaba horas despierta.
-Bueno, a veces tú creías que te mentía. Y, a veces, no lo hacía.
-Era puntualmente sincera.
-Y tú puntualmente descreído. Sólo que en los momentos equivocados: le creías las mentiras y descreías de sus verdades.
-Esos malentendidos siempre dejaron claro lo que había entre nosotros.
-Y también entre nosotros.
-¿Entre vosotros?
-¿Nunca te lo contó?
-Sí, lo hizo. Pero no le creí.
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Me gusta el este juego de creer y no creer...
ResponderEliminarLo que no me gustan nada son las mentiras porque siempre me las creo...
Besicos
¡Ah! Felicidades todos los días del año amigo Blanco.
que coraje cuando alguien se traga tus mentiras y sin embargo cuestiona tus verdades, ufff!
ResponderEliminarLa verdad de mentiras y las mentiras de verdad. Un bucle. Un círculo vicioso. Una banda de Moebius. El adn de la condición humana, entoces.
ResponderEliminarUn abrazo grande.
Coincido con La chica de las biscotelas. Claro, es el cuento de Pedro y el lobo...
ResponderEliminarMuy compenetrados, estaban estos.
ResponderEliminar¡Qué diferente sería esta historia si sus protagonistas entendieran "puntualmente" no como algo que se da de forma ocasional, sino como algo que sucede en el momento acordado por las partes!
ResponderEliminarAsí no habría conflicto entre la sinceridad y el descreimiento.
Un abrazo.
Jose Lorente , estoy contigo: "es algo que sucede en el momento".
ResponderEliminarLas dos partes han de aceptar la situación.
Blanco, me encantan tus dialogos.
Un abrazo
Qué bueno Blanco, siempre me maravilla como con my poco haces mucho. Gran virtud de buen escritor.
ResponderEliminarPor cierto, sabes quién es el escritor que lava más blanco?
FELIZ AÑO
un beso
De mentiras esta hecha la verdad, digo, la vida.
ResponderEliminarBlanco, un abrazo, a 3 de enero.
No me creo nada.
ResponderEliminar¿Habré de "creer" que este año que empieza no será peor que el pasado?
ResponderEliminarMe gusta la relación de esta entrada con "ella no entendió nada".
Una va de descreída por la vida y se traga todas...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarQue problema cuando los malentendidos definen...
ResponderEliminarMe gustó lo que escribiste.
Saludos desde Argentina (caí aquí de pura casualidad)
Sí, borré el comentario anterior, este me gustó más.
Nuevamente, saludos.
Que rabia da cuando dices la verdad y no te creen, pero satisface saber qe te creen cuando has mentido. jeje
ResponderEliminarun besitto!=)
Nada mejor para ocultar la verdad que la verdad misma.
ResponderEliminarSaludos, Blanco y feliz año.
Qué tema el de la mentira, ¿no? Uno de los grandes temas de la vida. De los que está hecha nuestra vida. Gran año para ti, Cabopá.
ResponderEliminarSí, es muy difícil aclararse. Hay que confiar. Confiar en que nos crean y en que nos lo creamos, chica de las biscotelas.
Sí, Daniel. Somos una verdad hecha de mentiras. Para esto de los juegos de palabras lo de las mentiras y las verdades es un chollo. Un abrazo grande.
No le creas nada a ésa, Xibeliuss. Un abrazo.
Eso dicen, Claudia, pero vete tú a saber...
¿Creerlo todo a pie juntillas, sin cuestionarnos si es verdad o no? Explotaríamos, Jose. Abrazo de los grandes. Y otro para M. Laurent.
Sí, sí, tú créele a Jose, ése embaucador... Me gusta que te gusten mis diálogos. Aunque sea mentira. Un beso.
Así es Miette, con muy poco hago mucho, mi vida sexual está basada en esta premisa. O eso me creo. No, no sé quién es ese escritor. Dímelo. Feliz 2011.
Jesús: no lo podría haber dicho mejor. que tengas un gran año. Y que escribas mucho y tan bien como siempre.
Y lo bien que haces, Esgarracolchas. Muchos poemas para el 2011.
Ningún año será peor que el año pasado, paisajes. Me halaga que te curres la relación entre dos de mis entradas. Créeme. Besos.
Volvé cuando quieras, Van. Compatriota. Me paso por tu blog y te comento algo. Abrazo.
Qué morro tienes, un par. Un beso.
Lo dicho, Marcia, la verdad da para mucho. Gran año para vos también.