lunes, 2 de noviembre de 2009

-Lenta.

-Día de los muertos.
-De algunos muertos.
-De según qué muertos.
-A otros, que les den. Sí.
-Días de nuestros muertos, los que no pueden descansar en paz -no consiguen simplemente morirse, como debería ocurrir- porque sin la parca no hay recuerdos que pervivan.
-Necesitamos a la muerte para que los muertos no se olviden de nosotros.
-No me ponen triste estos días de sembrar flores en los mármoles. La constancia que dejan cada año los telediarios y los calendarios. Me entristecen aquellos días en los que recuerdo que ayer no me acordé de mi padre, por ejemplo. Me pone triste comprobar que no pude sostener -un día más- la aseveración -mentirosa, entonces- de que no pasa un día desde el de su muerte en el que no me queme un puntito de piel con la chispa del recuerdo de mi viejo.
-No te pongas así.
-No estoy triste. Hoy no.
-Larga vida al rocanrol y a nuestros muertos queridos.
-Larga vida al jazz y a nuestras queridas muertas.
-Muerte al jálouen.
-Lenta.


5 comentarios:

  1. La muerte nos necesita para sentir que todavía sigue viva.
    Larga vida a "nuestra" vida, amor.

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  2. Qué vertigo produce (a veces) caer en la cuenta de que los muertos viven de nuestra memoria, ¿no?
    Un saludo

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  3. Los muertos nos necesitan para seguir viviendo, como bien decís Anónimo y Daniel. Parece una verdad de Perogrullo, pero como también él está muerto, es bueno que lo recordemos.
    Gracias por los comentarios y bufidos.

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