-Te escuché decir que todas las fotos de cuando fuiste feliz no son digitales.
-Yo nunca he dicho eso.
-Ya lo sé, sólo pretendía postergar el momento de hablar de las botas de montar.
-Ah, no sabía que quisieras hablar de las botas.
-Se lo comenté a mamá, y creía que ella te lo habría contado anoche.
-Sí, tu madre saca a relucir sus temas nocturnos para postergar el momento de la cópula.
-No quiero saber esas cosas, papá.
-De tal palo tal astilla: yo tampoco quiero saber. Tu madre no ha dicho nada de las botas.
-Me siento ridiculo cuando salgo del Mercedes con las botas de montar.
-Es necesario que salgas del Mercedes en algún momento del día.
-Elijo ese momento, como sabes.
-Hay días que nos demoramos demasiado tiempo hablando de cualquier cosa dentro del Mercedes.
-Me da mucha vergüenza.
-La práctica de la hípica conlleva ciertos sacrificios.
-Pero tal vez, no sé, si cambiáramos ligeramente de coche.
-Hay que saber elegir lo que se sacrifica, hijo.
-Uno de gama mínimamente más baja.
-La práctica de la hípica conlleva ciertos sacrificios.
-Pero tal vez, no sé, si cambiáramos ligeramente de coche.
-Hay que saber elegir lo que se sacrifica, hijo.
-Uno de gama mínimamente más baja.
-Yo me siento orgulloso de mis botas. Es un orgullo bastante vano, pero qué orgullo no lo es, hijo.
-No lo sé. A mí me violenta ser visto bajando del Mercedes con mis botas de montar. Ese corto trayecto de la puerta del Mercedes a la puerta de casa...
-En este barrio las señas de identidad son seguidas a rajatabla por todos los vecinos. Ninguno de nosotros desentona.
-Somos una comunidad compacta, lo sé.
-No podemos permitirnos destacar entre gente tan destacable.
-Créeme que lo comprendo, papá, pero no puedo evitarlo.
-Tal vez deberíamos pedir ayuda psicológica.
-...
-Para ti.
-...
-De manera discreta. Nadie se enteraría. Ni siquiera tu madre.
-Si tú lo crees correcto.
No entiendo porqué la vergüenza, mucho menos si en el barrio no se desentona. Estos adolescentes, siempre con inseguridades...
ResponderEliminarBotas de montar, Mercedes.Qué será lo próximo, despedir al servicio? Estos jóvenes...
ResponderEliminarUrgente ayuda psicologica...pero con madre y todo!!!!!
ResponderEliminar(despues te paso el numero de una psicologa excelente!)
genial descripcion de un "micro-micro-mundo..."
Saludos!
Tudor.
ResponderEliminarImponente...
La hípica a veces suple al mar.
Si cierras los ojos, un caballo es un velero.
Un beso, B.
Esta frase de las fotos digitales y la felicidad me parece fantástica.
ResponderEliminarBuenas tardes Blanco.
Discusión bajo la lluvia.
ResponderEliminarSublime diálogo de voces interiores.
ResponderEliminarAbrazos concentrados de ilusiones.
Me quedo a visitar tus lares... jeje :)
A mí una vez se me resfrió el caballo. Fueron momentos muy duros tanto para el equino como para mí, pero hice lo que pude muy meritoriamente: me lo cargué a cuestas y quedé segundo.
ResponderEliminarFantástico, como siempre.
ResponderEliminarSaludos.
Maria
¡Qué vergüenza!
ResponderEliminarEstas cosas tienen mal arreglo. El psicólogo que elegirá papá pertenecerá a esa "sociedad compacta" también calzará botas de montar y tendrá un Mercedes, es más, seguro que su mejor amigo es un caballo, o... un hombre llamado caballo.
Estupendo y fino diálogo Blanco. Refleja muy bien a esas sociedades compactas, que son una puta ironía con sus extravagancias y guerra de egos entre sus socios, todos tan petulantes.
Saludos
Afortunadamente hay psicólogos para los "des-colocados".
ResponderEliminarMuy buen diálogo.
Un abrazo
Él desentona, Aina. El barrio no.
ResponderEliminarNo hay que dejarlos crecer, Esgarracolchas.
Gracias, sildelsur. Pero mejor pasame el teléfono de alguien que no sea psicólogo. Beso.
Un beso, L. Y otro a Tifón.
Buenas tardes, Pere. Y gracias por pasarte.
Por ejemplo, Stultifer.
Gracias, Imanol. Yo también me anduve por los tuyos. Abrazo.
Eres un hombre de recursos, Jose. Yo una vez también me pillé una gripe de caballo. Abrazo grande.
Gracias, Anónima María tal vez no tan anónima. Algún dato, por favor...
Sí, me temo que el consabido círculo cerrado -¿hay círculos que no lo sean?- encierra también a todos estos personajes. Gran blog el tuyo. Abrazo.
Hay más psicólogos que gente, Mercè. Otro abrazo para vos.