-Era extremadamente ciclotímica. Lo supe la primera vez que lo hicimos. Comencé a hacer el amor con ella sabiendo que ella era la ella con quien estaba haciendo el amor. Pero cuando llegué al clímax, media hora más tarde
-Menos lobos, Guolquer.
-Quince minutos más t
-Ejem
-arde, era otra mujer.
-A mí también me cambiaste la primera vez.
-No, no me entiendes: entré en Clara Giménez, y salí de Alanis Deco.
-Ay, pero si las conozco a las dos.
-Yo también, íntimamente, como te digo.
-¿Esa fue la experiencia que te hizo homosexual, Guolquer?
-No, esa fue la experiencia que me hizo ingeniero agrónomo.
-En el pasado era una carrera con futuro.
-Se me mueren las plantas, ya lo sabes.
-Sí, nuestro baobab desfallece lastimosamente en su macetita del balcón.
-Eso son las palomas.
-Y las gaviotas, y los murciélagos, y ese extraño pajarraco, ya sabes.
-Eres el único al que autorizo que llame así a mi madre.
-Tu madre ha muerto hace quince años, Esmit.
-Es la última vez que te lo explico: el que murió fue el fantasma de mi madre, pero ella sigue viva, Guolquer.
-A veces me pierdo, amor.
-A veces no te encuentro, cari.
-Siempre nos quedará el bidé.
Para llegar a este nivel coversacional en el que cada uno dice una "dislocuencia" más grande que la anterior, se requiere muchos años de práctica, compenetración y complicidad. No os vais a cansar jamás el uno del otro pues no hay lugar para el hastío.
ResponderEliminarme dejas sin palabras...haces de una conversación mil historias diferentes!!
ResponderEliminarUn beso!!
Yo también pienso que las plantas se mueren por culpa de las suegras.
ResponderEliminarA mi los diálogos del Sr Blanco me parecen conversaciones cotidianas grandiosas de unos tipos con puntos de vista muy interesantes y con una complicidad que va creciendo con cada palabra. Las relaciones de dos y la puesta en común de su viaje por la vida para irse descubriendo un poco más en cada encuentro. Indagando en su estado actual, recalando en su origen, en su pasado, contándose los asuntos que les llevaron a ser lo que son, a estar donde están. En ese punto dialogado nos van dejando su mundo, contando sus experiencias, mezclando la vida presente, sus preocupaciones, frustraciones, fobias y traumas.
ResponderEliminarMagníficos. Creo que tengo mucho que aprender y descubrir.
Abrazos
bravo!
ResponderEliminarun placer leerte.
...y un honor que hayas pasado por mi blog.
gracias.
Hay veces que el sexo le cambia a uno hasta el semblante.
ResponderEliminarLa convivencia ayuda a todo menos a aprender a convivir. Beso grande, Aina.
ResponderEliminarAsí es Sensaciones. Otro modo de de decir que me voy por las ramas. Beso.
Las plantas y los yernos, Esgarracolchas.
No tengo palabras, Antonio. Muchísimas gracias por tu comentario. Tu crítica, más bien. Ruborizado sigo. Abrazo.
El honor es mío, kynikos. Abrazo.
¿Te refieres a las caras que ponemos mientras lo practicamos, Stultifer?
Alzo mi copa por los ingenieros agrónomos y por todas las carreras con futuros pasados.
ResponderEliminarUn brindis también por los ingeniosos andróginos.
Un placer leerte, como siempre.