-Todo tiene su tiempo. Viene en la biblia, en el ADN de los relojeros, y en el de las mujeres del tiempo a las que se les ha pasado su cuarto de hora.
-¿Biblia en minúscula y adn en mayúscula?
-Tengo un dealer que cree proveerme de inspiración y, a veces, de talento.
-Hay que tenerlos cuadrados para dibujar según qué circunferencias. Ándate con cuidado.
-Juega tú los juegos que no se juegan con fuego.
-Ayer vi un programa sobre Praga. Qué grande es la distancia entre el haber estado y el verlo por la tele. Ya lo decían los existencialistas
-¿Todos a un tiempo?
-Sabe más acerca de París alguien que haya estado allí un minuto, que quien haya dedicado su vida entera a estudiar París sin haber estado nunca.
-¿Sabes algo más acerca del existencialismo? Lo digo porque es lo mismo que has escrito hace unos días en lo que, con un poco de suerte y un mucho del dealer, tal vez acabe siendo tu próxima novela.
-Sabina rima Praga con naufraga. En fin.
-Sabina es un grande. Seguro que tenemos el mismo dealer.
-¿Y Calamaro?
-Hace buenas canciones pop. Ahora, como tetrista...
-Letrista, querrás decir.
-Eso. El teclado de mi Mac tiene razones que mi Macorazón no comprende.
-Vamos a dejarlo acá, que se le está haciendo tarde a la neurona.
-La asociación libre es lo que tiene.
-¿Y el nombre de tu dealer?
-Cheever, Cheever, Cheever.
-Rima con dealer.
-El inconsciente tiene razones que la razón no comprende.
-¿A quién llamas inconsciente?
-¿A quién llamas inconsciente?
-Espera a leer los comentarios, espera.
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Parece que has llegado a un inconsciente impenetrable
ResponderEliminarLibre asociación, me agrada porque puedes decir lo que sea sin que te veas tan mal.
ResponderEliminarSí, soy una inconsciente.
ahora que somos tu inconsciente hablaremos:
ResponderEliminareste verano pude ir a Praga pero preferí Bratislava
Era un escenario comunista con euros (???) y los trenes eran todos transeuropeexpress y krauftwerk.
Me dejé allí, en un tren sin aire acondicionado, de película de Hitchcock, mi cámara de fotos (ver entrada 30 de julio de mi blog).
No dejé nada más que fotos y un puñado de euros. Alguien tendrá todas esas fotos de trenes comunistas que iba a poner en mi blog, y la de la biblioteca antigua de Viena, que era mi pequeño tesoro (estuve una tarde allí, con un libro de Borges en la solapa).
Ojalá todos pudiéramos estar un minuto al menos de nuestra vida en París.
Ahora salgo de la conciencia: Cheever, Cheever, Cheever (ya regresé al trabajo).
"-Sabe más acerca de París alguien que haya estado allí un minuto, que quien haya dedicado su vida entera a estudiar París sin haber estado nunca."
ResponderEliminarPues me pones en un dilema, el que ha dedicado toda su vida a estudiar París sabrá más sobre un París, el que haya estado un minuto conoce otro París.
"El teclado de mi Mac tiene razones que mi Macorazón no comprende."
¡Macnánimo! jejejje
El viernes vi la película "El nadador" y saludé a tu dealer, iba muy elegante. Qué casualidad.
ResponderEliminarUn abrazo.
La cadena de la Capilla de los Vélez, una cadena que no tiene deader.
ResponderEliminarLa cadena de la Capilla de Cheever, una cadena que no tiene deader tampoco.
Un listado, un listado (con el tuyo, que menciona a los hijos, se me saltan las lagrimas)...
Para el GULASH:
-Carne de ternera (trozos grandes, me gustan los trozos grandes)
-Cebolla (en trozos no muy pequeños)
-Pimiento molido (de Murcia claro)
-Cerveza (de la mía, la que se necesite)
Para los KNEDLIKY:
-Levadura, cucharadita de azúcar, sal.
-Leche.
-Huevos (de gallina, por supuesto)
-pan del día anterior.
Para acompañar:
-Cerveza de la mía, la que queráis.
Guardo el listado en mi cartera, para cuando queráis con premeditación y alevosía.
P.D.
Blanco, gracias por comentar siempre y tres veces.
Dealer, que no quiero que se lie.
ResponderEliminarEso me quiere hacer creer, Claudia.
ResponderEliminarHay que ver cómo te ve tu psicoanlaista, Marcia. Tu mexicoanalista.
He leido tu estupenda entrada del 30 de julio, Rafa. Seguro que el día menos pensado -o el más pensado- nos encontramos tus fotos por ahí. Tu cámara, no sé. Gracias por tu comentario.
Me encanta ponerte en un dilema, Recuerdos.
¿No te parece una película maravillosa? No digo que sea una gran película, pero es maravillosa. ¿Leíste el relato de Cheever? Buah...
Jesús. No sé si ya te lo dije, pero tus comentarios sólo son superados por tus entradas. Comimos Gulash en Viena. En el Café Central. Riquísimo. Pero KNEDLIKY ni en Praga ni en Viena. Creo. Y cerveza de la tuya tampoco hemos bebido nunca. Abrazo grande.