-Hay gente a la que no quiero volver a ver. Nada tiene que ver con el odio. Mucho menos con el despecho. Más bien con el miedo. Quizás con el miedo. Con un temor que proviene de mí y vuelve a mí. Vuelve en forma de mí. Vuelve con mi cara y con mis manos. Vuelve con el ánimo de hacerme lo que les hice. O lo que dejé de hacerles. Miedo inversamente proporcional -¿o es exponencial?- al tiempo pasado.
-¿Al tiempo pasado desde cuándo?
-Al tiempo pasado desde que los vi por última vez. Cuanto más tiempo hace que los he dejado de ver, más temor siento de volver a verlos.
-Exponencial, entonces.
-Si tú lo dices.
-Las mujeres que no quieres volver a ver te han olvidado. Los niños que recuerdas han crecido. Ese que eras ha sido sepultado por este que eres.
-Ellas, ellos, yo, siguen teniendo la edad que tenían. Lo único que ha crecido es el dolor del recuerdo.
-Tranquilo, los fantasmas no se dejan ver.
-Me gusta la frase. Si es que es una ironía.
-Lo que es irónico es que un tipo tan necesitado de fantasmas como tú, tema volver a encontrarse con ellos.
-Eso es paradógico.
-Y también irónico.
-Si tú lo dices...
-Lo digo porque lo sé.
-Si tú lo sabes...
-Te conozco bien.
-Sí, papá.
-Te conozco muy bien. Sobre todo desde que dejamos de vernos.
Pocas veces te escribo al blog, pero hoy consigues que lo haga. Veo el dibujo y puedo reconstruir sin leerlas de nuevo frases memorables de tu entradita de hoy. No es odio, ni despecho, tampoco miedo. Es pura envidia. Me ocurre también con Chejov, con Dostoievsky, con Poe, con Sam Shepard (gracias por la recomendación), con Carver (parece como si antes de ti nunca hubiera leido nada) ... Me ocurre contigo.
ResponderEliminarMe gusta leerte.
-Los hombres no lloran -me decía mi padre cuando yo lloraba.
ResponderEliminarPero eso es mentira. Yo lo vi llorar cuando murió su padre.
Cuando se murió mi padre lloré, bueno, aun sigo llorando…
Me gustaba mucho cuando mi padre me ponía la mano en la cabeza y me decía “¡Venga! Los hombres no lloran”
Aunque los dos sabíamos que eso era mentira.
Blanco, gracias y un beso (de pelo en pecho)
Padres e hijos. ¿Qué pueden arrastrar sino una cadena de fantasmas? ¿Se hereda otra cosas que fantasmas? Fantasmas que asoman en un espejo.
ResponderEliminarTambién tú, Blanco, profesando la melancolía. Gracias por la compañía.
Un abrazo.
Aléjate de mí que quiero conocerte.
ResponderEliminarNo sé si es paradógico o padrelógico.
Un abrazo.
Tal vez los fantasmas no se dejen ver, pero vaya que se dejan sentir.
ResponderEliminarPienso igual.
En verdad muy bueno, saludos.
Uh!, buen final!!!!! buen, buen.
ResponderEliminarTiene mucho de cierto lo que escribiste, y si, lo digo yo, porque vos lo dijiste, entonces, no dije nada.
Un saludo!
Quiza los recuerdos se convierten en fantasmas?
ResponderEliminarQuiza congelamos momentos e instantes, esos que amamos y no queremos que caigan en el olvido...no se.
Me gusta leerte
Me gustó.
ResponderEliminarLo mas cierto es que uno siempre le tiene miedo a los fantasmas del pasado, pero como decis, a veces estamos tan necesitados de ellos..
Besos!
Comme toujours, superbe!
ResponderEliminarexcelente, simplemente genial BLANCO!
ResponderEliminarUn hijo no debe parecer más sensato -aunque lo sea- que su padre. Es como lucir una poblada pelambrera y tener un hijo calvo.
ResponderEliminarUn abrazo.
P.D. He apurado la Martin Miller`s del cumpleaños. ¿Se me nota?
Al tiempo pasado desde que los vi por última vez. Cuanto más tiempo hace que los he dejado de ver, más temor siento de volver a verlos.
ResponderEliminarLos fantasmas son personas que te han marcado en el pasado, familiares o amores, ya no existen, pero han tenido influencia sobre ti y te han marcado.
En mi vida, existe una muerta que ha tenido un abuso de poder sobre mi y que aunque la he querido, ahora es un fantasmas del presente.
Me ha gustado el relato
Me ha gustado mucho Blanco. Estar necesitado de fantasmas, es genial.
ResponderEliminarBeso exponencial
Aparte de bien escrito -cmo es habitual- muy lúcido.
ResponderEliminarAsi y porque el ayer es casi siempre, no me gusta ver vuestras fotos. Darme cuenta que las horas han sumado dias y años alejandonos cada día mas de los del comienzo. De todo lo que fue y es nuestra historia. Les temo y les amo, ambiguedad fantasmal al miedo de perder. O de saber lo inevitable de la perdida. Siempre eres buenisimo. Gracias Blanco
ResponderEliminarLa memoria ya no es lo que supo ser.
ResponderEliminarGracias por el interes. Aunque no haga comentarios sigo pendiente de tu blog. Un saludo
ResponderEliminarHoy lunes 4 octubre publicamos una (tu) escalera en nuestro blog. Saludos
ResponderEliminarGracias a todos por comentar.
ResponderEliminarMuchas ganas pero poco tiempo. Espero que la semana que viene...
Buen puente para quienes podáis disfrutarlo.
Besos y abrazos.
Por más qe no quieras ver los fantasmas, si están ahí es por algo no?
ResponderEliminarun besitto!=)
Sí, sí, tienen su función. Un beso.
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