-Hay gente que se hace querer.
-Él no era de ésos.
-No, pero tampoco era de los otros.
-Tal vez por eso en su funeral todos los deudos eran deudos de la niebla.
-Menos nosotros, que carecemos de misterios.
-Sí, supongo que todos pensaron que nos habíamos equivocado de cadáver.
-Todos menos él.
-Habrá disfrutado de la escena.
-Tal vez ahora que ha muerto comience a disfrutar de la vida.
-A su áspero modo, creo que disfrutó de la vida.
-Nunca le escuché decir la palabra vida en vida.
-Pero tampoco se moría por matar sus ganas de pronunciar la palabra muerte.
-Era de pocas grandes palabras.
-Nunca una palabra de más.
-Ni de menos.
-Era un hombre de acción.
-Bien lo saben quienes lo sufrieron.
-Benedetti escribió que un torturador no se redime suicidándose, pero algo es algo.
-A él le hubiera gustado esa frase para su epitafio.
-No se ofendía cuando le gritaban que no tenía corazón.
-Sabía lo que la gente quería decir.
-Quería decir que sólo tenía un músculo.
-Era lo que los cabrones sin corazón llaman un verdadero cabrón sin corazón.
-En cierto modo, era un hombre sencillo.
-Un hombre de una pieza.
-Era un verdadero hijo de puta.
-...
-Qué miedo, ¿no?
-Sí, aterroriza haberlo conocido tan bien.
Que nos libren del día de las alabanzas. A todos menos a él.
ResponderEliminarParece el título de una canción,pero es una canción amarga, o nó...Según se lea.
ResponderEliminarBesicos amigo a todos menos él...
Todo un velatorio. Una función de teatro con espectadores que son también personajes y un protagonista cuyo papel se condensa en unos puntos suspensivos. Vanguardia pura, vamos.
ResponderEliminarUn abrazo.
"Era lo que los cabrones sin corazón llaman un verdadero cabrón sin corazón" Tengo un amigo al que podría definírsele así, es una persona excepcional. "De una pieza"
ResponderEliminarComo siempre me gustó.
Un saludo.
Supongo que se aplica para todos menos a él.
ResponderEliminarCuchicheo en una sala oscura, de paredes frias.
ResponderEliminarUff que angustia haber sido así
No creo mucho en el bien y en el mal, pero si creo en los hijos de puta sin corazón. Un saludo, amigo.
ResponderEliminarCreo que él nunca disfrutó de la vida en toda su extensión, era un sin corazón en vida.
ResponderEliminarMejor no coincidir en momentos con el personaje en cuestión.
Saludos,
Creo que estos hijos de puta sin corazón, al suicidarse, les hacen la última faena a sus víctimas.
ResponderEliminarUn abrazo.
jjejejeje
ResponderEliminarPues a mi me ha hecho gracia
(y eso que más bien de muchas pequeñas palabras)
Yo me hubiera ahorrado la asistencia a ese funeral. Me resulta indiferente el descanso de mis enemigos, incluso si son los eternos descansos de mis enemigos eternos o efímeros.
ResponderEliminarUn abrazo.
Seguro que su muerte la esperaban todos menos él.
ResponderEliminarGracias, Blanco.
Un abrazo enorme.
Como va subiendo de tono.
ResponderEliminar“…era sin lugar a dudas el hijoputa mayor que había pasado jamás por el colegio. Cuando volvía de los lavabos a su habitación iba siempre pegando a todos en el trasero con la toalla mojada. Eso da la medida de lo hijoputa que era.”(Holden C.)
Pienso lo mismo que Thornton, de todas las faenas que les ha hecho la de morirse es la peor.
Hay cosas bonitas que nunca te digo. Pero, es que es tan obvio que me resisto.
Maestro, un abrazo.
P.D.
En los finalistas del Premio Planeta hay una obra que se titula “La muerte de Acteón”
¿Tú?
los que se va, lo que se queda...
ResponderEliminarPero si no hay muerto malo!!!
ResponderEliminar¡Hola Blanco! Me auto invité a tu blog y salgo en suspense. Es GENIAL el guión, súper original.
ResponderEliminar¡Saludos!!