-¿Desde cuándo?
-No me hagas preguntas estúpidas.
-La pregunta viene en el guión de tu despecho. Y parece que quieres atenerte a él.
-Parecía una película, sí.
-No sólo te pedí perdón, también pagué mi deuda.
-¿Pagaste tu deuda? Si esa frase viene en el guión, el guión es una mierda.
-...
-Lo recuerdo como una de esas aborrecibles películas que tanto te gusta ir anticipando. Ahora vuelve antes del trabajo. Ahora quiere presentarse por sorpresa en su casa. Ahora
-Ya vale.
-el no la escuchará entrar. Ahora avanzará extrañada en dirección a los jadeos. Verás como ahora ella los encuentra en la cama matrimonial, y la amante está encima de él, a horcaj
-¿A qué viene esto ahora?
-No hay nada como enfrentarte a un buen documental para que no sepas qué coño hacer con el guioncito que tan bien te estudiaste.
-...
-Eres estupendo reivindicando el cine mudo.
-¿Qué más tengo que hacer para que me perdones?
-No lo sé. Olvidémonos de lo que otros han escrito para que nosotros lo interpretemos.
-Me parece bien, amor.
-Improvisemos.
-Eso, eso: quememos el guión.
-Quemémoslo.
-Dejémonos llevar.
-Vale.
-...
-Pero ya sabes que aborrezco el cine experimental.
-...
-Lo primero que tendrás que aceptar es que sólo me desnudaré por exigencias del guión.
-Pero, acabas de decirme que ya no tenemos guión.
¿Qué hacer cuando tu jefe no tienen un guión, sino que se lo va inventando en el preciso instante?
ResponderEliminarMe gusta leerte siempre. Pero hay días, como hoy precisamente, que leerte es como si me soplaran sobre una quemadura reciente.
ResponderEliminarUn abrazo.
Eso, eso. Busquémonos entre las cenizas.
ResponderEliminarPor lo demás, nada que decirte. Mudo.
Un abrazo.
jajaja...qué bueno lo del cine experimental...jajajaja!
ResponderEliminarEso es lo malo de quemar las cosas precipitadamente.
ResponderEliminarMuy bueno.
Saludos.
¡En la mismísima cama matrimonianial! En estos casos lo peor son los detalles. No lo perdonará nunca. Se desnudará aunque no exista guión pero no lo perdonará.
ResponderEliminarUn abrazo.
Decía Aute aquello de Todo en la vida es cine...
ResponderEliminarSiempre andamos buscando escusas, razones de otros, guiones... pero no hacen falta razones ajenas para desnudarse, n-o-h-a-c-e-n-f-a-l-t-a, ni para perdonarse, las nuestras valen, es un milagro, pero valen.
ResponderEliminarMe da que todos nacemos con un guión bajo el brazo...no se, no se.
ResponderEliminarSupongo que al final enmudecieron.
ResponderEliminarBesos silenciosos ( o a ritmo de pianola)
jajajajaja! ¡Maravilla, BLANCO!
ResponderEliminarUn abrazo grande
Buenísimo. Como siempre en tu línea, en tu guión.
ResponderEliminarTú si que eres bueno
ResponderEliminar¡Qué bien se lo pasa una creando "guiones" nuevos! jejejejej
ResponderEliminarJajajaja, muy gracioso el final.
ResponderEliminarUn guion creado sobre otro guión que luego deja de serlo, para ser uno nuevo. 3 guiones en 1!
Un saludo!
Sin guión, pero.... aixxxxx seguro que ha de ser "mudo" ?
ResponderEliminarcon lo que a mi me gusta el sonido del deseo, los gemidos del placer, las peticiones alocadas de un instante...
Un abrazo
¿Empujarlo escaleras abajo, Stultifer?
ResponderEliminarBueno, Daniel, otro piropazo como ése y comprenderé que Ángeles comience a sentir celos. Un abrazo de los grandes.
Mudo, vale, Jesús, pero escribe, ¿eh? Abrazo grande.
Gracias por la visita, L.Y. Y por las risas.
El fuego tiene raxzones que la razón no comprende, Marcia. Vale también para el vino, para la niebla, para la arena, para casi todo.
Sí, Thornton, si entramos en la cama no entremos en detalles. Abrazo grande. Gracias por comentar siempre.
Y las pelis sueños son, Xibeliuss.
Un verdadero m-i-l-a-g-r-o, Mis largos pies. Un beso.
¿El destino, Madison? yo tampoco sé, yo tampoco sé. Un beso.
Siguen mudos, paisajes. Besos pianolos.
Usted, que es muy benévolo conmigo, Risk. Otro abrazo.
Gracias por pasarte siempre, Jose.
Ni pa' ti ni pa' mí, Rafa: somos buenos.
Hay que hacerlo, Recuerdos. Porque en cuánto te dicen "Esta peli ya la vi", mal asunto.
Yo soy así, Manu, tres por uno. Como las ofertas del Carrefour. Un saludo.
Hazlo sonoro entonces, Mercé. Abrazos.
Es increible cuanto dice tu titulo.
ResponderEliminarUn placer leerte, no me canso.
Saludos!