miércoles, 12 de enero de 2011

-Buenos Aires.


Si querés escucharé a la BBC
aunque quieras que lo hagamos de noche.
Y si quieres darme un beso alguna vez
es posible que me suba a tu coche.
Pero no bombardéen Buenos Aires.

Charly García


-Calor. Lo primero que les dicen al llegar al aeropuerto, después de doce horas de vuelo y, tal vez, una de esperar las maletas (las cintas transportadores tienen otra forma de medir el tiempo, son como extraños relojes imprevisibles) fue que tal vez no llegaran al centro con el coche. Había huelga de nafta, de surtidores de nafta. El chófer confiaba en que llegarían, pero la dueña del coche no lo tenía tan claro. Enseguida se les informó que estaban sufriendo imprevistos cortes de luz. ¿Quiénes? Algunos. Todos. Cualquiera. Al final llegaron, después de cargar nafta en una estación de servicio que, no le pregunten por qué, vendía el preciado combustible. También tuvieron que atravesar, previo pago, claro, dos peajes. Él leyó una indicación en el listado de tarifas que llamó su atención. Durante las horas pico (en España, horas punta), te cobran treinta centavos más. Se lo comentó al chófer. Sí, le respondió.  La cola para atravesar el segundo peaje se alarga (no sólo las cintas transportadoras manejan el tiempo con estilo particular) y el chófer comenta que la gente está tranquila. Enseguida agrega que si todos se ponen a hacer sonar las bocinas, levantan las barreras y dejan pasar a todo el mundo sin pagar.  Hay una ley que sentencia que un conductor no puede esperar más de cierto tiempo (él no recuerda cuánto, pero eran minutos, y no eran muchos) para abonar y entonces atravesar un peaje (la bocina contra el manejo arbitrario del tiempo de uno). Él es argentino, aún así, y tan sólo dos años más tarde de la última visita, hay cosas que le siguen resultando extrañas hasta la carcajada. Llegaron al hotel e hicieron el primer amor. Salieron a la calle que siempre suele ser Corrientes. Con las horas de más y de menos ralentizándoles y acelerándoles la marcha. Y no tardan en comprarse el primero de los veinticinco libros que se traerán a Madrid. La consabida pizza de rúcula en Los Inmortales fue el primer manjar en caer. No, el primero fue una deliciosa ensalada rusa, que ella llamó ensaladilla, porque es española (Extrañamente, a la comida china, los chinos la llaman simplemente comida. Les Luthiers). La mayonesa (con ese toquecito a limón), que ambos llamaron mayonesa diferenciándose sólo en el énfasis con que pronuncian la ye, antes conocida como y griega, la forma de cortar las patatas, las zanahorias, no sé, riquísima. Al amigo de él, P, siempre le falto un tornillo (¿a quién no?) ahora, además, le falta un diente. Dura un rato la conmoción, pero se va camino de las risas que les siembra el pasado. Cenaron en una parrilla de la calle Corrientes a la que no era la primera vez que la pareja viajera entraba. Seguramente la próxima vez que se vean se reirán de cuando aquélla noche el camarero creyó por un momento (y el viajero argentino también) que podría quedarse con ochenta pesos de propina por un “gracias” que malinterpretó o bieninterpretó, según se vea, en el momento de pagar. Finalmente, el camarero (en Argentina, mozo) se decidió a traerles el vuelto. Se quedó con casi treinta pesos de propina. A estas alturas, la pareja ya podía concluir que el precio de la comida había subido mucho y que el de los libros se mantenía, más o menos, como hacía dos años. Todos rieron mucho esa noche.
-¿A qué viene esta parrafada?
-Buenos Aires.
-...

14 comentarios:

  1. Blanco,vive. Luego te leo (el parrafo).

    Un abrazo desde el invierno.

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  2. Provocás nostalgias de un lugar que no conozco más que por lecturas... ¡Sos macanudo, che!

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  3. Yo para qué leo esto, con las ganas que tengo de ir...para tener más, claro.

    Un beso, BLANCO

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  4. Te echaba mucho de menos.
    ¡Qué bueno el texto!
    Un beso

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  5. ¡Bonito! En el mejor sentido, claro.
    Rezuma vida

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  6. Bello, simplemente bello, seguiré tus post, y leeré con mucho gusto esos minirelatos que tan bien escribes.
    Un saludo.
    partisana

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  7. El pasado siembra risas. En Buenos Aires. Y qué bien las cosechas.
    Bienvenido.
    Un abrazo

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  8. Cómo vivir sin verte si se que pertenezco a esa región en donde la emoción le gana siempre a la razón, porque Argentina tiene locas golondrinas en el corazón, en donde la esperanza, siempre inventa algún color, y la gente no se cansa de soñar y dar amor.

    Eladia Blazquez

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  9. Menudo cambio! te has argentinizado, con estos argentinos que hablan tanto y tan envolvente no era difícil.
    Besos.

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  10. UN ABRAZO PARA FELISBERTO Y PARA VOS, BLANCO...

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  11. Tengo ganas de conocer tu tierra, o quizás mejor decir esa otra tierra tuya.
    Tus palabras de hoy me la acercan y yo me dejo seducir, como siempre que te leo.
    Me gustaría probar, tal como se hace allí, el vacío y la entraña, que aquí puede parecer un menú metafísico.
    Nunca he tenido esa sensación de volver a casa, quizás porque no he echado raíces en ningún sitio.
    Un abrazo.

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  12. Justo hoy que me he levantado con "malos aires".

    Gracias por compartir tu mundo, que gracias a ti es un poco nuestro, y por ello, se me ocurre pensar en ese poema de Borges que se llamaba "Lo nuestro": Amamos lo que no conocemos, lo ya perdido.
    El barrio que fue las orillas.

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  13. Vivo y coleo, Jesús. Abrazo desde la niebla.

    Hay que ir, Nadna. Beso.

    Nadna estça planeando el viaje, Almalaire. Vayan juntas. La comida de avión compartida es menos asquerosa. Beso.

    Gracias, Madison. Beso grande.

    Gracias, Xibeliuss. En el mejor sentido.

    Gracias por tu primera visita, partisana. Vuelve, entre batalla y batalla.

    Gracias, Daniel. Un placer volver a leerte. Acá y en tu maravilloso blog. Abrazo grande.

    Me has dado, Arlette. Gracias.

    ¡Llevo 48 años argentinizado, Claudia! Y no se me pasa. Un beso.

    Sé quien eres, anónimo. Y Felisberto también. Un abrazo de los grandes.

    Sí, José, nos gusta pensar que poseemos un vacío entrañable. Gran abrazo.

    Los amigos que no pueden faltarnos, porque se han muerto.
    Uf.
    Espero que sean mejores tus aires de hoy. Beso grande.

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