-Tiene la cara como acerada.
-El maquillaje.
-Está diferente.
-Eso es la muerte.
-Ya. Quiero decir que se ha desvirtuado un poco su rostro. El gesto. El rictus.
-La vida se le ha ido. Ha de ser eso.
-No vuelvas por ahí. Ya lo sé. Quiero decir que parece haber perdido otras cosas, además de la vida.
-Es sólo el envase. Y no es un envase desagradable. Si tuviera una cámara de fotos.
-Si quieres mi móvil.
-¿Tiene cámara?
-Claro, no te lo dejaría para que llamaras al cadáver de
-Shhh...
-No he levantado la voz.
-Olvidamos dónde estamos.
-No me des clases de civismo.
-A uno le entran ganas de reir en estos sitios. Llorar y reír. Estos son santuarios del contraste. La vida y la muerte.
-¿Alguna obviedad más?
-No, sigue tú, profundo de los cojones.
-Mira.
-¿Qué?
-El lunar.
-Sí, su famoso lunar.
-Más famosa era la constelación de lunares que tenía en
-Tiene.
-Que tiene, sí.
-El caballo alado.
-Y dale. La constelación formaba más bien
-Forma.
-Forma una extraña cascada.
-Hubiera querido necesitar más de su...
-...
-...
-De su cuerpo.
-No, de su cuerpo no. Del resto.
-Una cosa es dejarse tocar y otra dejarse querer. No se dejaba querer.
-A mí me quiso.
-Sí, claro.
-A su esquiva manera. Yo no le correspondí como se merecía.
-Tal vez porque no se merecía más que...
-Permiso.
-Sí, perdón.
-Si nos diculpan. Tenemos que proceder al sellado del
-Sí, sí, claro.
-...
-...
-Parece que fuera llueve.
-Le gustaba la lluvia.
-¿Qué?
-Que me parece bonito que hoy llueva. Le gustaba la lluvia.
-De donde te sacas eso?
-Me lo dijo.
-¿Hablabais de eso?
-Poco. A veces.
-Yo no hablaba. Yo iba a lo que iba.
-Yo también. Pero a veces me contaba algo. No sé, se aburriría conmigo.
-Nada personal. Se aburría con todos.
-Era una cualquiera singular.
-...
Al menos, parece que alguien la amaba. Claro que, la manera de demostrarlo...
ResponderEliminarMuy bueno y apropiado, hoy llueve que no veas!!
ResponderEliminar-Era una cualquiera singular- tela
ResponderEliminarLos tanatorios son muy propicios a estas conversaciones.
Saludos
Qué bien le sienta el rito funerario a un martes de carnaval. Por el aquel de las máscaras... Mortuorias. Qué placer leer una escena tan buena. O escucharla. Bueno, verla, en realidad.
ResponderEliminarUn abrazo.
Conversaciones de tanatorio, esos "santuarios del contraste" (cómo me ha gustado esta definición). ¿Quién será más feliz: quien se ha ido por librarse de la panda de veladores o los veladores con su superioridad por conservar la vida?
ResponderEliminarUn placer, Blanco, como siempre.
Brillante el diálogo sobre una cadáver cualquiera que a medida que avanza la charla no lo es tanto. Se les puede ver a los dos charlando más amargos que el café que se toman. Uno más que el otro.
ResponderEliminar¡Por Dios! ¡Matarla sin estar casados! ¡A dónde vamos a ir a parar!
ResponderEliminarPues Daniel ha plasmado perfectamente lo que yo iba a decir.
ResponderEliminarNo leo. Veo. Y conseguir eso en tan solo unas líneas es genial.
Buenas noches Blanco
Otra vez la primera. Gracias, María Jesús.
ResponderEliminarHoy ya no llueve. ¿A que no?
Sí, Xibeliuss. Los muertos nos hacen hablar. Y escribir. Un saludo.
Gracias, Daniel. Si tú la ves, yo me alegro. Un abrazo.
Isabel. Se me ocurre que otros santuarios del contraste, son las camas. A ver si va a ser la horizontalidad lo que genera el contraste, y no el sitio. ¿Eh?
Gracias, David. Sin azúcar y aguado. Te aseguro que el café era horrible.
¡Con Franco esto no pasaba, amigo Baldanders! Y con Videla tampoco.
Pues te digo lo mismo que a Daniel. Si tú la ves, yo me alegro.
(gracias -vale, por última vez- por tu crítica a Asoma tu adiós)
Blanco, y yo te digo que no me las des, que estuve y estoy encantada, porque es un libro muy bien escrito con una historia muy bien construida.
ResponderEliminarPor cierto en el enlace que te dejé ni flowers!!! anda míralo otra vez por fa
Un abrazo
Buenas noches
Tienes encanto para escribir.
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