-No te confundas conmigo.
-Pero, si no sé quién eres.
-Por eso te lo digo. Vete con cuidado.
-Empezaré por confundirme. Inevitablemente.
-No, no es inevitable. Puedes no confundirte. Si realmente lo quieres, puedes no confundirte conmigo.
-Acabo de conocerte. El único modo de acertar a la primera es haber acertado ya.
-...¿Qué? No me confundas.
-La única manera de no confundirme contigo es intentarlo con otro. Con alguien que me dé margen para comenzar por la confusión, y, tal vez, acabar aclarándonos.
-No-te-confundas.
-Entonces me voy. Lo dejamos aquí y me voy.
-Si ese es el modo que tienes de no confundirte conmigo, adiós.
-Me hubiera gustado intentarlo.
-No conmigo.
-¿No te gusto, no cabe la posibilidad de que al final de la noche te guste un poco, o mucho, y mañana, cuando pienses en anoche, te guste un poco más aún? A mí puede sucederme. No es seguro, claro, pero tal vez ocurra.
-¿Mañana dices? No, mira, ya te lo dije.
-Vale, no me confundiré contigo, entonces.
-Mañana tampoco, ¿vale?
-Buenas noches.
-Buenas noches.
-¿Te importa que lea un rato?
-No, no.
-¿No te molesta?
-No. Apaga la luz cuando acabes.
-¿No te molesta?
-No. Apaga la luz cuando acabes.
Buenísiiiimo.
ResponderEliminarEso, lo que dice Mª Jesús.
ResponderEliminarCon lo fantásticas que son las confusiones, me reí.
Que bueno, como siempre. Siempre tan creativo, como lo haces?
ResponderEliminarMe ha gustado lo de alguien que me de margen para confundirse y acabar aclarandolo. Muy bueno
ResponderEliminar¡Tremendo final! Y un gran diálogo.
ResponderEliminarme apunto, con tu permiso
Estupemdo relato.besitos Tara
ResponderEliminarMIra que eres bueno escribiendo...
ResponderEliminarBuenas noches Blanco
jajajajaja............Eres,me encantò. Besos "Mujer rebelde".
ResponderEliminarAcabo de despertarme. Me gustaría confundirme y volver a dormir. Y a ver si así me despierto de una vez.
ResponderEliminarComo siempre, un placer leer tus diálogos.
¿O son conversaciones? ¿Con uno o con otro? ¿O con otra? Me confundes. Me confundo.
Un abrazo
Me impresiona k parezca tan sencillo y k tenga un trasfondo tan completo...la comunicacion aveces confunde.Me a gustado mucho :)
ResponderEliminarGracias, María Jesús. Siempre eres de las primeras en comentar. Te lo agradezco mucho. Yo no tengo esa constancia.
ResponderEliminarSí, las confusiones ayudan a aclararse, ¿no?
No sé cómo lo hago, Miette. Tengo un don. Antes tenía un din-don, pero se me rompió el timbre. (¿ves a lo que me refiero?)
Sí, La-de, pero a veces cuesta dar y que te den ese márgen.
Muchas gracias por apuntarte, Xibeliuss!
Gracias, Tara.
Gracias. Y buenos días, Madison.
Gracias, Mujer.
Como siempre, un placer leerte. No estos piropos, que también, sino tu estupendo blog.
Gracias, Lissi.
Saludos a todos. Y a tooodas, Leire Pajín, y a tooodas.
Márgen no lleva tilde, Blanco.
ResponderEliminarJajaja!!
ResponderEliminarMuy Harold Pinter... Igual que "Se acostaba conmigo por..."
Me gusta mucho, BLANCO (dale ahí al teatro, eh?)
;D
Un beso!
Como siempre que te leo, me dejas sorprendida, que màs puedo decir...
ResponderEliminarMe gusta leerte, màs aùn despues de tanto tiempo sin hacerlo.
He leído varios de tus diálogos y siento que están unidos por la compleja dificultad entre dos seres para transitar una misma senda... para el amor, para lograr comunicarse, para fundirse en Uno siendo Dos tan distintos. Son diálogos que de algún modo reflejan el No-Diálogo y de este modo reflejan su propia imposibilidad y la imposibilidad de la comprensión total del otro.
ResponderEliminarUn abrazo!