-La primera vez se me cayó el alma al suelo. La segunda, sólo hasta las rodillas. Una semana más tarde, mi alma ya no se movía de su sitio.
-Una especie de forzada cura de humildad.
-¿Cura de humildad...? Prefiero las monjas de petulancia. Como las que atienden el comedor social.
-¿Se come bien?
-He comido en sitios mejores. Pero se come caliente. Y el postre es una fruta que te hace creer que podrás aguantar hasta mañana con una sola comida. Y lo cierto es que funciona.
-Puedes venir a comer a casa, no te lo repito más.
-No te preocupes, ya te he dicho que funciona.
-¿Has hecho algún amigo?
-También van mujeres. Pero no, entre mi timidez y mi vergüenza -conservo mi alma en su sitio, pero está sonrojada- no levanto la vista del plato, ni la voz del pecho.
-Todo cambiará.
-No me importa seguir así. Es inspirador. Ayer, al salir del comedor -la cola era más grande que cuando entré-, escribí algo que me vino durante la sopa.
-Dime.
-Esto, léelo.
-A ver... Cuidado con el perro. Y mucho cuidado con el dueño. Bien. ¿Qué quieres decir?
-No sé.
-...
-El pan es lo más rico de la comida.
-Siempre te gustaron los restaurantes que ponían esmero en el pan.
-El pan nuestro de cada día, ¿no?
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Blanquito..no soy tu seguidora, soy tu fan...tu "fan nuestro de cada día".
ResponderEliminarHola amigo blanco , buen post me gusto tu escrito .
ResponderEliminarCon la crisis esto es el pan nuestro de cada día , que no nos falte nunca un pan que poner en la mesa ,y poderlo compartir con nuestros hermanos .Gracias amigo por tu felicitación dejada en mi blog , nos seguimos leyendo y visitando .
Un abrazo de amistad de MA desde Granada .
Y que no nos falte esa pan, a ser posible BLANCO.
ResponderEliminarTodo bien, pero esa contraposición "Cura de humildad-monja de petulancia" es genial. Aunque lo que me llena el alma es "y mucho cuidado con el dueño" ( tengo una fijación con los carteles y siempre estoy tentada de borrar perro y poner dueño, pero nunca me atrevo).
ResponderEliminarY que no nos falte el pan. Y que no tengamos que pedírselo ni a curas ni a monjas.Y que podamos compartirlo con un perro.
Coincido con Maria Jesús, y además añado la primera frase. Golpeando desde el primer momento.
ResponderEliminarSaludos
Me encantó. Encantar de encantamiento. "Siempre te gustaron los restaurantes que ponían esmero en el pan" podría ser el título de un cuento (está cargado de ternura). En la línea "el pan es lo más rico de la comida" hay tantas cosas dichas ...
ResponderEliminarTu casa es en blanco y negro pero se ve en colores.
Un abrazo fuerte.
Pues que quieres que te diga a mi esto:"La primera vez se me cayó el alma al suelo. La segunda, sólo hasta las rodillas. Una semana más tarde, mi alma ya no se movía de su sito."
ResponderEliminarES que me ha encantado, con tu permiso me he guardado la frase.
Bona nit Blanco
PD. He terminado de leer tu libro. Y muy muy bien.Lo recomiendo a todos.
En la mayoría de los blogs, la crisis no existe, la obviamos, la borramos conscientemente de este mundo virtual. Quizás porque nunca creímos que nos pudiera llegar a pasar lo que nos está pasando, que llegáramos a temer por ese pan nuestro de cada día.
ResponderEliminarMuy acertado.
Un abrazo.
Hace años vi una réplica en una exposición de las comidas que daban en diferentes comedores sociales , el olor y presencia de los alimentos pasado varios dias .
ResponderEliminarSiempre que pienso en un comedor social me recuerda esa imagen.
Buena entrada,me gustan tus dibujos
Un saludo
A mis fans les perdono todo. Hasta los juegos de palabras. Gracias. En serio.
ResponderEliminarGracias, MA. que no falte. Sí.
Tenemos la suerte de poder elegir el color del pan. No es poco, ¿eh? Gracias por comentar, Isabel.
Cuando borres "perro" y pongas "dueño" no dejes de hacerle una foto y mandarla, María Jesús. Para que quede constancia de tus logros.
El que pega primero pega dos veces, Xibeliuss.
Muchísimas gracias Pájaro. Veo que te gusta leer entre líneas. O entre panes.
Tienes mi permiso, Madison. Gracias por leer mi blog. Muchas gracias por leer mi libro. ¡Y muchísimas por recomendarlo! Buen día.
Qué jodido temer por el pan, ¿eh? Me alegra mucho que te pases por aquí, Nadna.
Gracias, Made. A mí me gustan tus fotos.
Blanco, tengo preparado mi comentario, y te diré allí a que escritor creo que argentino me has recordado.
ResponderEliminarTu libro es muy recomendable, ahora me gustaria ir por el otro.
Muy triste y bonito a la vez.
ResponderEliminarMucho mas cuidado con los dueños que con los animales. Quien pone esmero en el pan suele ponerlo en todo lo demas.
ResponderEliminarMadison. Gracias una vez más.
ResponderEliminarGracias, Recuerdos. Salió tristón, sí.
Sí, no se suele cuidar mucho el pan cuando vas a comer por ahí (no te digo ya en un comedor social). Tal vez porque la gente no repara tanto en el pan. ¿No, William?
Hay gente que no se entera ni de lo que piensa. Yo, por ejemplo. Gracias por pasarte, Jesús.
ResponderEliminarMe gusta ver a ese tipo que pones ahí, en esos comedores, porque nos dejas ver su alma por el suelo.
ResponderEliminarAbrazos