-Me gustan las mujeres que no se preocupan por evidenciar sus encantos. Las que van como desafectadas de sí mismas. Las que no miran su reflejo al pasar frente a los escaparates. Me gustan las que no te dejan más opción que imaginártelas desnudas. Y no consigues hacerlo. Las no evidentes. Las invidentes de su mismidad. Las que te ciegan con todo lo que desconoces de ellas. No me gustan las adolescentes que no han conseguido superar su adolescencia. Hay pocas.
-Eso se lo pueden permitir las que están buenas.
-Joder.
-¿Qué pasa? Hay muchas literaturas y todas están en este menda.
-La elegancia es una condición de algunas almas. De algunos huesos. Esas mujeres de las que te hablo no son las buenas. Esas son las mejores.
-¿Y los hombres?
-También me gustan los que no se preocupan por evidenciar sus encantos.
-Ahora sí que nos ha quedado una entrada de mierda políticamente correcta.
No, no lo creo. Yo creo, sin lugar a duda que te ha quedado una entrada magnífica.
ResponderEliminarA mi, como el del relato también me gustan los hombres que no evidencian, pero que se les nota.
En cuanto a no mirarse en los escaparates, jolines, es que eso es imposible, se hace (lo hago) por inercia.
Buenas tardes Blanco, buen y feliz finde.
Me encanta cómo plasmas tus pensamientos en ambos personajes. En realidad uno.
ResponderEliminarUn saludo.
No hay nada como aquello que despierte la imaginación, hay atuendos que ya no permiten tal acción.
ResponderEliminarSaludos
No son las mejores, son las únicas. Las demás son sus zapatos,sus vestidos o sus desvestidos.
ResponderEliminarA mi me gustan las personas que escriben cómo tu!.. Bien!
ResponderEliminarUn beso.
Yo no soy una mujer llamativa...soy el comùn denomindor de tantas...y aqui me tienes sumergida en un blog y contando mis penas como ropa que se tiende al sol...Pero fuera de èl soy un ser que camina sola y siente que no puede hacer que alguien la mire diferente...las contradicciones de la vida : Soñar con la rebelde y no darse cuenta de la que va fuera del blog....Besos "Mujer rebelde".
ResponderEliminarMadison se mira en los escaparates inevitablemente.Yo no.
ResponderEliminar(Yo debería decir que en mi aldea no hay escaparates)
(Yo debería decir que siempre camino enmimismada y no miro alrededor)
(Yo debería decir que soy una anciana y la última vez que me miré no reconocí a aquella persona)
¿Cual de esas te gusta? Ya sé . Todas. Por que somos todas.
También a mi me gustais todos: por una cosa o por otra.
Y al que no le pasa eso es que no sabe mirar.
A mí también me gustan esas mujeres, y esos hombres. Pero una casi nunca es lo que le gusta, si no lo que puede. Lo mismo pasa con las literaturas. En fin.
ResponderEliminarJjejeje. Las estructuras craneanas, que diría Dalí
ResponderEliminarLo mejor siempre es imaginar...
ResponderEliminarSí, las que me ciegan con todo lo que desconozco de ellas.
ResponderEliminar¿No ser evidente se puede cultivar? ¿Se puede hacer creer que una no se da cuenta de cómo es y del impacto que causa en alguien cuando la verdad es que lo lleva estudiado al detalle?
ResponderEliminarLuego dices:
"La elegancia es una condición de algunas almas. De algunos huesos."
Y entonces sé que no, que la elegancia se lleva dentro.
Salud, Blanco.
Si conoces algún hombre que posea el perfil que describes en tu post, avísame por favor! como todo lo bueno, escasea.
ResponderEliminarA mí me encanta tu entrada, lo que hay en ella y lo que te imaginas a partir de lo que en ella ves: un texto con elegancia propia en sus huesos.
ResponderEliminarLo malo con las personas (que no con los textos) es que llegue a gustarnos aquello que imaginamos y que no existe. Encantada de descubrir tu blog! Un abrazo
Hay mucha literatura en ti, y ante la duda, la más desnuda.
ResponderEliminarMe da recuerdos para ti Monsieur Laurent.
Pues parece que te quedaste muy bien. Una buena sonrisa faltaría para incrementar los encantos.
ResponderEliminarSaluds
Queremos imaginarlas, imaginarlos desnudos para ponerles nosotros las ropas. No queremos verlas, verlos desnudos, porque el conocimiento ganaría a la imaginación.
ResponderEliminar¿Y los hombres? Sólo se lo pueden permitir los que están buenos (aunque algo me dice que son los que más se miran al espejo).
Por inercia, por inercia. Es que os gusta gustaros, Madison. Y ya está. Gracias por visitarme siempre.
ResponderEliminar¿Tú crees que son uno, Recuerdos? Lo pensaré.
Gracias por los atuendos, Marcia.
Sí, Esgarracolchas. Lo del continente y el contenido. Es más fácil comprarse una blusa bonita.
Gracias, Valery. Un beso.
Somos muchos y muy diferentes, Mujer rebelde. El del blog. El del trabajo. El que está solo. El que se comparte.
Eso, María Jesús. Lo que acabo de decir. Somos muchos y también son muchos y diferentes los ojos que nos ven. O que no nos ven. (¡Qué profundidad más superficial la mía!)
sí, uno es lo que puede. Y, a veces, uno es lo que pueden los otros. Un saludo, mis largos pies.
Menos risitas y explícame eso de las estructuras craneanas, Xibeliuss. ¿Te refieres a esos craneos hechos de figuras femeninas pintados por Dalí? ¿Eh?
Imagino que sí, Miette. Gracias por la visita.
Graicas por pasarte, Jesús.
¡Insto una vez más a visitar el fantástico blog de Jasús!
Supongo que la impostura acaba por hacerse notar, Severinne. No digo que no seamos todos un posco impostores en ocasiones. O todo el rato. Salud, y dinero y amor.
Serás la primera en saberlo, Psique. No desesperes, tiene que haber alguien más, me resisto a creer que yo sea el único. (ya estoy cogido -en todas las acepciones imaginables-, lo siento.)
Sí, mitificamos mucho, Rak. Es inevitable. Y no creo que esté del todo mal. Abrazo.
Gracias, José.
(gracias por la crítica. Te debo la respuesta. Has sido muy amable y preciso. te lo agradezco.)
¿Monsieur Laurent también tiene una Vespa?
¡Me alegra volver a verte por acá, El Pinto! Saludos.
Sí, paisajes, nos gusta tener el mando, el control remoto de la ropa.
Sí, los que estamos buenos no podemos prescindir del espejo. (Sí, es broma) ¿Una lupa es un espejo? (Esto también es broma, ¿eh? Faltaría más.)
Sin duda alguna Blanco, me gusta gustarme lo que pasa es que no siempre sucede, por eso memiro en los escaparates, cuando me veo me encojo, así de estomago, para verme mas..."plana"
ResponderEliminarMaria Jesús soy presumida, lo reconozco como tambien asumo que no soy un tipo de mujer como para que me miren, por eso me miro yo, jeje
Es un placer volver a tener ocasión de pasear por aquí y encontrarse con tan maravilloso primer párrafo. Lo suscribo y lo envidio.
ResponderEliminarEs un placer volver a verte por acá, Fontenla. Me alegra que aprecies la riqueza soterrada de las mujeres que merecen la pena. Abrazo grande.
ResponderEliminarPosiblmente cuando uno se gusta, es consciente y no precisa nada más. El resto lo pone el personal que al mirar a uno se hace complice postivo de la vida.
ResponderEliminarSaluds
Sí, creo que una autoestima alta ayuda. Un saludo.
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