lunes, 1 de junio de 2009

-No conozco a ninguna Claudia.

-¿Qué haces aquí?
-...
-No has cambiado nada.
-Eso no es verdad.
-¿Cuánto tiempo ha pasado?
-Perdona.
-Ya te lo digo yo: doce años. Semana más, semana menos.
-Creo que te confundes.
-¿Crees que no te acuerdas de mi?
-No. Sí.
-Haz memoria, por favor. Estoy algo más gorda, pero sólo algo.
-Yo te veo igual: no te recuerdo.
-No has cambiado nada. Eras un cínico encantador.
-Eso tampoco es verdad.
-¿Por qué lo has hecho?
-Creo que me tengo que bajar en esta.
-Yo también. ¿Te importa que vayamos charlando? Te invito a un café.
-No, gracias.
-Te agradezco mucho que lo hayas hecho.
-Mira, creo que hay un error.
-Nadie me había convertido en personaje. Ni siquiera mi marido.
-...
-Y eso que escribe bastante mejor que tú. Bueno, tal vez por esa razón es que mi marido no me ha convertido en persnaje.
-¿Cómo sabes que escribo?
-Te sigo.
-¿Por qué me sigues, adónde me sigues?
-Desde que comenzaste a publicar. Es un honor, en serio. Aunque me hayas convertido en puta.
-¿En puta?
-¿Vas a decirme que el personaje de Claudia no está basado en mí?
-¿Quién es Caludia? ¿Quién eres tú?
-Mi nombre es Claudia, y el de mi personaje también.
-No conozco a ninguna Claudia.
-En tu primera novela, El bufón hierático -vaya título-, el prota se encuentra a su vecina de escalera ejerciendo la prostitución en la calle, nunca se habían dirigido la palabra, hasta que él la aborda en la calle, y aunque ambos saben quién es quién, hacen como que no, y él se convierte en su cliente, y con frecuencia casi diaria
-¿Yo he escrito esa mierda?
-Sí. Y no es una mierda. Claudia es un personaje muy bien construído.
-Discúlpame, no quise ofenderte, no quiero, pero ese personaje no está basado en ti, ni siquiera sé quién eres.
-Sé que no me has olvidado, nunca podrás hacerlo, porque yo soy la puta Claudia y eso ya no puedes cambiarlo ni tú, que eres el autor.
-No he vuelto a leer esa novela. Es horrible. No recuerdo ese personaje. Tampoco a ti. Gracias por leerme, en cualquier caso.
-A mi marido tu última novela es la que menos le gusta. Empezando por el titulo. A mí me gusta, bastante: La lección del insomne.
-¿Ya la has leído?
-No es la mejor.
-Gracias.
-Pero tampoco es la bazofia que dice mi marido. Lo mueven los celos.
-Tracción a celos.
-No has cambiado nada.
-Bueno...
-¿No quieres saber por qué mi marido siente celos de ti?
-Claudia...
-¿Me recuerdas, ya me recuerdas?
-Recuerdo que acabas de decirme que te llamas Claudia.
-Ahora me dirás que te están esperando.
-Si no te digo eso tendré que mentirte.
-¿Cómo te ha ido la vida?
-¿La vida?
-Desde que lo dejamos.
-Estoy un poco aturdido. No creo haber dejado nada que fuera tuyo o mío.
-Conservo la pajarita.
-No me ayudas.
-La pajarita roja que me regalaste la primera noche.
-...
-Me la pusiste después de...
-Sé quien eres. Sí, lo recuerdo. Única noche.
-¡Qué alegría!
-Ya. Lo que pasa es que creo que tu memoria ha seguido trabajando conmigo desde entonces.
-Y la tuya me ha hecho desaparecer.
-No, desaparecer, no, ya ves que recuerdo que tuve una pajarita roja, que ya no la tengo, que se la regalé hace mucho tiempo a una chica que conocí una noche.
-¿Qué haces en Londres?
-Pues... he venido a visitar a alguien.
-¿Dónde paras?
-No. No paro. Voy de aquí para allá.
-¿Te hace mal recordarme?
-No te recuerdo.
-¿Te hace mal no recordarme?
-Discúlpame, recuerda que llevo prisa.

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